El lenguaje de los cuerpos
Adustas, delgadísimas, muy jóvenes, estas dos actrices crean en la breve escena del Canto de la cabra una serie de mitos en torno a la mujer. Trabajan, sobre todo, con la expresión corporal: la dominan. Hacen aparecer a Electra, a Medea, a Ofelia; o unas alucinantes criaturas del escritor brasileño contemporáneo Nelson Rodrigues, como Sonia, que murió asesinada y vive en el mundo confuso de una vida inconclusa; o Das Dores, niña nacida muerta a los cinco meses de gestación. Hay unos textos que parecen de la inspiración lacaniana, y que se leen fuera de escena; y unos fragmentos de las tragedias que dicen ellas, en español, en portugués o en inglés: elegidos, para esta creación de lo sobrecogedor femenino.En el pequeñísimo espacio de la también pequeñísima, o cortísima, representación hay unos objetos al que ellas -la compañía- dan unos valores explicados en el programa: la rampa como camino a ningún sitio, una puerta de tela que "simboliza el inconsciente", donde "van a morir varias, interminables veces, en el afán de espiar sus culpas para alcanzar la liberación" y unas faldas y vestidos, que es un "espacio que se metamorfosea creando la posibilidad de generar el nacimiento, la muerte y el renacimiento". Pongo sus palabras porque mi vista o mi percepción no tienen por qué coincidir con estas descripciones: son unos elementos estáticos que ayudan a la expresión del cuerpo y a la palabra dicha, como las luces y las pinturas sobre sus rostros. Puedo dar más valor que a estos elementos fabricados a los pechos desnudos de las dos oficiantes, lunares y densos los de una, afilados y nacientes los de la otra, y si quiero puedo encontrar en ellas los símbolos del nacimiento, la madre, el incesto, la nutrición o el crimen que se evoca en la palabra.
Espaços miudos
Espaços miudos (Espacios muy pequeños), varios textos. Intérpretes. Rosana Barra, Natalie Fichberg, Fedora Fonseca. Voces de María Cintora y Lluis Gavald. Vestuario, escenografía y dirección: Compañía Itinerante Brasileña. El Canto de la Cabra. Madrid. Hasta el 26 de mayo.