El fin de la guerra de Argelia está cerca, según el general Jaled Nezzar

"La salida de la tormenta está cerca". Con esta frase, el ex general mayor Jaled Nezzar, ex ministro de Defensa, ex miembro de la Junta Militar y uno de los hombres más influyentes del régimen, ha anunciado el inminente fin de la guerra civil en Argelia, contienda que él mismo inició hace cinco años que se ha saldado con más de 50.000 muertos.

"El Estado y las instituciones saldrán reforzadas, probablemente con más capacidad, una vez enjugada la crisis", anuncia el general Nezzar, de 57 años, en una larga confesión, publicada en los periódicos El Wattan y El Jabar. Estas declaraciones, impresas bajo el título Deber y verdad, suponen el retomo a la escena política de uno de los hombres más duros del régimen de Argel, que abandonó la vida pública en enero de 1994.Nezzar, invalido por un accidente vascular cerebral, fue responsable de las tropas que en octubre de 1988 reprimieron la revuelta popular de Argelia. Fue también el cerebro de la defenestración del entonces primer ministro Mulud Hamrouche en junio de 1991, pero sobre todo fue el principal protagonista del golpe de Estado, tramado seis meses después, en enero de 1992, contra el presidente- Chadli Benjedid, que supuso la interrupción del proceso electoral, el inicio de la represión contra los militantes y dirigentes del Frente- Islámico de Salvación (FIS) y el conmienzo de la guerra civil en Argelia.

Sus confesiones suponen asimismo una revisión de la historia de los últimos cinco años de Argelia. Según el general, la revuelta popular de octubre de 1988 "no fue ni un acontecimiento espontáneo, ni una búsqueda de la libertad y la democracia", sino "una contestación pública impulsada por ciertas tendencias del ex partido único Frente de Liberación Nacional". Cree también que hay que revisar otros episodios históricos como, por ejemplo, la caída de Benjedid, en enero de 1992, que según él "fue un acto libremente consentido, ya que se trató de un no-golpe de Estado".

Las declaraciones de Nezzar suponen un apoyo a la política actual del presidente Liamín Zerual, quien trata de reprimir duramente a los integristas y construir al tiempo una democracia. Esta política ha sido fuertemente criticada por un dirigente del FIS en declaraciones al periódico Al Hayat, en las que hace un llamamiento a los; argelinos para que refuercen el maquis. Con esta llamada el dirigente del FIS rompe las ofertas de! diálogo que los islamistas hicieron llegar a Zerual en noviembre, tras las elecciones presidenciales.