Major advierte que el Reino Unido "no formará parte de una Europa federal"
El primer ministro británico, John Major, dio ayer una nueva muestra de su intención de mantenerse equidistante de las tendencias "euroescépticas" y de las proeuropeas en el Partido Conservador. En su discurso de, clausura del congreso de los tories escoceses, Major hizo profesión de fe en "una Europa de las naciones" pero aseguró que el Reino Unido "no formará parte de una Europa federal", mientras él "sea primer ministro". Major también rechazó las pretensiones del ala derecha tory de convocar un referéndum sobre la permanencia en una Europa más centralizada.
En Aberdeen, donde se ha celebrado el congreso conservador, como en el resto de Escocia, los tories empiezan a ser una especie en vías de extinción. Aplastados en la pinza formada por el Partido Nacionalista Escocés y el Partido Laborista, las dos grandes fuerzas políticas en este territorio, las huestes de Major han desenterrado a bandera de la unión, defendiendo la tesis de que cualquier paso hacia la autonomía escocesa será un cambio a peor con imprevisibles e irreversibles consecuencias. Por supuesto, económicas.El propio primer ministro centró su discurso de ayer, contemplado por algunos analistas políticos como el pistoletazo de salida de la campaña para las próximas elecciones generales, en los dos grandes ejes de la ideología tory; mantener la per fecta equidistancia de la Unión Europea y el no menos delicado equilibrio unitario en el Reino Unido. Ambos aspectos marcan la diferencia con el nuevo laborismo, en otros aspectos un partido centrista y de similar perfil que el tory.
A la vista de las últimas encuestas que señalan la fría actitud del ciudadano medio hacia la moneda única -según un sondeo del diario The Guardian dos de cada tres británicos están en contra-, Major concentró sus ataques en la idea de una Europa Federal, de un super Estado del que, dijo, "no formará parte el Reino Unido", y sobre el que no habrá necesidad de que el pueblo británico se manifieste en referéndum. Esto no significa que Major esté pensando en marcharse de la UE. "El Reino Unido debe seguir siendo parte de Europa y un miembro de Europa, pero de una Europa de naciones y no de un Estado federal".
[La ex primera ministra conservadora Margaret Thatcher fue más lejos en su actitud contra el federalismo europeo, al que calificó de "pesadilla". Thatcher advirtió que ese proyecto, si se lleva a la práctica, crearía un super Estado que acrecentaría peligrosamente la rivalidad entre el viejo continente y Estados Unidos, informa Reuter. En una conferencia pronunciada ayer en Praga sobre las relaciones entre EE UU y Europa, Margaret Thatcher dijo que el proyecto federalista llevaría inevitablemente a un empeoramiento de las relaciones con Washington.]
Major dedicó el resto del discurso a criticar la "ambición de poder" laborista, que promete a los ciudadanos Un "cambio" que será para peor, según Major. "Los conservadores hemos llevado a cabo un cambio pacífico que en ocasiones ha resultado doloroso para. el pueblo. Hemos pagado por ello un precio político en elecciones parciales y en elecciones municipales. Pero los cambios han dado y seguirán dando fruto", dijo el primer ministro.Autonomías
Con anterioridad, el ministro de Industria, lan Lang, anterior responsable del. ministerio para Escocia, criticó el proyecto descentralizador laborista para Escocia y Gales como un incomprensible mecanismo que no sólo atenta contra la unidad nacional sino contra los bolsillos de los contribuyentes.
Los ataques tories a la propuesta de Tony Blair de devolver la soberanía a Escocia y el País de Gales, estableciendo un Parlamento y una Asamblea autónoma con capacidad de recaudar impuestos, se basan en la idea de que los escoceses y galeses deberán pagar más impuestos que el resto de los ciudadanos del Reino Unido. "Lucharemos hasta el final para evitar la ruptura del país", señaló Lang a una emisora de Tadio de la BBC, aludiendo a los proyectados parlamentos en Edimburgo y Cardiff.Escocia, con cerca de 5,5 millones de habitantes, representa históricamente la pieza más rebelde de la unión, con la excepción de Irlanda del Norte. El hecho de que los escoceses vivan -como los ciudadanos de Irlanda del Norte- ampliamente subsidiados, no ha evitado que permanezcan vivos los sentimientos nacionalistas. Sin embargo, los deseos de independencia han descendido en la última etapa, según un sondeo realizado por el diario conservador The Daily Telegraph. El apoyo a la independencia ha disminuido desde 1986, cuando un 34% de los encuestados se mostraban a favor, frente al 24% que defiende la separación de Escocia en estos momentos.
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