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De Núremberg a La Haya

LE MONDEEs una coincidencia, pero adquiere valor de símbolo. El que puede ser el último proceso contra un criminal de guerra nazi, el de Erich Priebke, se abrió el martes 7 de mayo en Roma, mientras en La Haya el serbobosnio Dusan Tadic oía la acusación leída por el presidente del Tribunal Internacional por los crímenes cometidos en la antigua Yugoslavia. Así, tras medio siglo en el cual la comunidad internacional se ha revelado impotente para dar un carácter permanente al ejercicio de ese "derecho de Núremberg", aparece una jurisdicción competente para sancionar crímenes que, sin ella, habrían quedado sin castigo. Cualesquíera que sean las reservas que se expresan sobre ese tribunal sin competencias universales ni medios para hacer comparecer a algunos de los principales criminales, como Radován Karadzc, y Ratko MIadic, el hecho es que los presuntos criminales de guerra saben que ya no están al abrigo de- las sanciones, incluso si sus crímenes son cubiertos por el poder que ellos mismos han contribuido a establecer o a consolidar. (...) A diferencia de Núremberg, La Haya no es un proceso organizado por los vencedores para que rindan cuentas los vencidos cuyo comportamiento ha desafiado la conciencia humana. No está dirigido contra una nación. (...) Es la expresión de una voluntad supranacional de castigar el genocidio, los crímenes de guerra y contra la humanidad que ha creado el proyecto de la "gran Serbia".

, 10 de mayo

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