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Entrevista:JOSÉ MIGUEL INSULZA - MINISTRO DE EXTERIORES CHILENO

"No queremos mirar al Pacífico y dar la espalda a nuestra región

Es el primer ministro de Relaciones Exteriores que visita España desde que José María Aznar accedió a la presidencia del Gobierno. El canciller chileno, José Miguel Insulza, llegó ayer a Madrid para presentar Todos Juntos, un programa de actividades culturales que precederán a la VI Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en otoño entre Santiago y Valparaíso. Será la ocasión para Chile de consolidar sus lazos con sus vecinos, que le perciben a veces como un país volcado hacia el Pacífico.Pregunta. La inversión chilena se dispara en los países de su entorno: Bolivia, Perú y Argentina. ¿Están consiguiendo sus empresarios lo que no lograron sus generales?

Respuesta. Se puede acusar de muchas cosas a nuestros generales, pero no de propósitos expansionistas. Gracias al alto nivel de ahorro, 27% del Producto Interior Bruto, llevamos la delantera. Somos el primer inversor latinoamericano en América Latina, pero no el único.

P. La penetración económica de Chile origina reacciones hostiles como las que se han producido en Bolivia con ataques contra propiedades chilenas.

R. Son fenómenos naturales que ponen de relieve que parte de la historia no ha sido aún olvidada. No hay que echar la culpa a las autoridades bolivianas. Precisamente nuestra integración económica ayudará a superar las rencillas como sucedió en Europa tras la II Guerra Mundial. Además acabo de viajar a Bolivia, un país que no visitaba ningún canciller chileno desde hace mucho tiempo, y ofrecí negociar facilidades administrativas, de transporte y portuarias para que puedan acceder al Pacífico. Ni que decir tiene que no estoy pensando en un acuerdo que cuestione nuestra soberanía territorial.

P. Habla de integración pero Chile es un país políticamente algo aislado.

R. Era así hace tres o cuatro años, cuando no nos tomábamos demasiado en serio el proyecto de Mercosur (mercado común de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay), pero el 25 de junio vamos a firmar un acuerdo de asociación con ese grupo de países que tendrá incluso una vertiente institucional. El presidente de Chile asistirá probablemente a las cumbres de Mercosur. Tres días antes habremos hecho lo mismo en Florencia con la Unión Europea.

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P. ¿Será Chile algún día miembro de pleno derecho de Mercosur?

R. Es posible. A estas alturas lo único que nos separa de nuestra plena incorporación son problemas casi meramente técnicos.

P. Entonces, el único revés sufrido por Chile es que no se ha incorporado al Tratado de Libre Comercio (TLC) que integran EE UU, México y Canadá porque el Congreso norteamericano no autorizó al presidente Clinton a negociar con ustedes mediante un procedimiento rápido.

R. Aquello no fue una buena cosa. Me decepciona más el incumplimiento de la palabra dada por EE UU en 1994 que nuestro retraso en integramos en el TLC. Tenemos ya un acuerdo con México y estamos negociando otro de libre comercio con Canadá. No es, sin embargo, una fórmula para entrar en el TLC por la puerta falsa. Las reglas de origen del tratado son estrictas y no nos lo permiten.

P. ¿Es comparable Chile con un tigre del sureste asiático?

R. No me gusta esa comparación. Es verdad que en algunos aspectos nos parecemos, como en el crecimiento económico (8,5% en 1995), el nivel de ahorro o el excedente de la balanza comercial (178.000 millones de pesetas) pero, créame, no queremos vivir mirando al Pacífico y dando la espalda a nuestra región. Tenemos vocación de integrarnos en ella.

P. ¿Es Chile un país políticamente normalizado?

R. Si, si por normalizado se entiende el buen funcionamiento de las instituciones democráticas. Hay aún aspectos pendientes heredados de la anterior etapa. Son la eliminación de los senadores designados y las reformas del Tribunal Constitucional y del Consejo de Seguridad Nacional, un organismo garante de la constitucionalidad del que forman parte los jefes de las Fuerzas Armadas. Intentamos resolverlos mediante una reforma de la Constitución, pero fue rechazada el mes pasado por el Senado.

P. El caso Carmelo Soria, el funcionario español de la ONU asesinado en 1976 por la policía secreta chilena. ¿Ha enturbiado las relaciones con España?

R. El asunto está en los tribunales y el Ejecutivo no puede intervenir. El juez debe decidir si aplica la ley de amnistía a los dos procesados o les condena, porque se trató de un ciudadano extranjero y además funcionario de la ONU. Respetamos la independencia de la Justicia, pero nos gustaría que se inclinase por esta última opción.

P. ¿Para qué sirve una cumbre iberoamericana como la que ha venido a presentar?

R. Se han puesto en marcha algunos programas de cooperación, pero es ante todo un importante foro de diálogo político. Recuerdo, por ejemplo, la sesión a puerta cerrada sobre Cuba que tuvo lugar en 1994 en Cartagena de Indias con la participación de Fidel Castro. Fue él intercambio más franco y apasionante al que he asistido. Estuve en Cuba en enero. Lleva 36 años sometida a un embargo sin que ello sirva para promover la democracia. Acaso sería bueno intentar otra vía.

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