El presidente de Baleares declara como testigo en el "caso Calvià"

El juez de instrucción José Castro, que indaga los supuestos nuevos hechos delictivos del caso Calviá -un escándalo de corrupción política ya juzgado y con sentencia firme desde 1994-, interrogó ayer como testigo al presidente del Gobierno balear, Cristófol Soler, del PP. Castro ha citado como imputados en la reapertura del sumario a tres ex altos cargos del PP insular, que han sido involucrados por uno los tres autores del delito de cohecho, el ex vicepresidente del PP de Calviá, Andrés Bordoy.El juez pretende documentar la semana próxima sí existió una posible trama vinculada a la cúpula del PP balear que maquinó el fallido intento de soborno a un concejal del PSOE con 100 millones de pesetas y que después trató con los autores.

Bordoy, dos años después de la condena a cuatro meses de arresto y 100 millones de multa por el Tribunal Supremo, desveló al juez que el ex consejero regional y ex diputado nacional Francisco Gilet, del PP, fue el cerebro y director de su acción. Bordoy no consiguió que Gilet y el PP abonaran su multa y más tarde se entrevistó en Cuba con Cristòfol Soler.

El mandatario regional, que ayer testificó en catalán, entregó al juez una versión escrita que le dio Bordoy sobre las implicaciones del PP en el caso. El miércoles comparecerá el ex consejero balear y ex diputado en el Congreso Francisco Gilet, número dos del ex presidente Cañellas y que ahora trabaja como abogado. Gilet es miembro del Opus Dei y ha confiado su defensa a dos letrados de este instituto religioso, que actúan bajo la dirección de Manuel Cobo del Rosal.

El ex consejero vio frustada su pretensión de apartar del caso al juez Castro al rechazar el Tribunal Superior de Baleares su reivindicación de aforamiento retroactivo. En 1992, cuando sucedió el intento de soborno, el ex consejero ya declaró como imputado en el sumario y fue exculpado. Sus abogados confían en que la aplicación del nuevo Código Penal haga decaer las acusaciones contra el político.