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EMPIEZA LA FERIA DE SAN ISIDRO

Manda Joselito

Triunfos y lesiones de última hora cambian la fisonomía de la primera feria del mundo

El acontencimiento taurino más importante del mundo, que empieza hoy -la 50º edición de la Feria de San Isidro-, ha cambiado su fisonomía y hasta su contenido esencial como consecuencia de los triunfos de diversos diestros y los percances de otros que han forzado su sustitución, todo ello ocurrido a última hora y en un espacio reducido de tiempo. El apoteosis de Joselito con seis toros en Las Ventas le ha convertido en mandón del toreo y los espadas que compartían con él algunos de los principales alicientes del abono deberán demostrar su valía si pretenden desbancarle del liderazgo de la fiesta.

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Enrique Ponce, torero que, con notable diferencia, percibe los más altos honorarios entre todos cuantos participan en la feria, se encuentra en este caso. Cuando el pasado mes de abril se anunciaron los carteles de San Isidro era la máxima figura, el diestro que concitaba el mayor interés del público. Después de la actuación de Joselito la memorable tarde del 2 de mayo, ese interés ha mudado su objetivo.La confrontación de Joselito y Enrique Ponce, en consecuencia, va a adquirir unas caracteristicas especiales, y podrá sustanciarse cara al público la tarde del 23 de mayo en la corrida de Samuel Flores que ya ha despertado la mayor expectación de la feria, pues alternan ambas figuras en su lidia y con ellas el joven Francisco Rivera Ordóñez, que confirmará la alternativa.

El Tato es otro motivo de revalorización de los carteles feriales como consecuencia de sus actuaciones en la Maestranza de Sevilla, por cuya Puerta del Príncipe salió a hombros y le valieron ser declarado triunfador absoluto de la Feria de Abril. Un ejemplo elocuente es la corrida inaugural de esta tarde, que ha pasado de ser cartel relativamente modesto a uno de los más atractivos del abono, precisamente porque está anunciado El Tato.

Son muy lamentables y se harán notar las ausencias de César Rincón y de Javier Vázquez. Rincón, para muchos aficionados triunfador de la feria de 1995, no podrá cumplir sus dos contratos en el presente abono por una lesión de rodilla, y probablemente Javier Vázquez tampoco los suyos debido al grave accidente que sufrió en un ojo.

La primera sustitución de César Rincón, correspondiente a la corrida del día 20, será para El Tato, y en lo que se refiere a la segunda, el 3 de junio, más las dos de Javier Vázquez en su caso (días 19 de mayo y 1 de junio), los empresarios de la plaza esperan al desarrollo de las primeras corridas de la feria por si de ellas salieran toreros con actuaciones destacadas para cubrirlas.

El toro íntegro

El toro, sin embargo -el toro con su integridad, fuerza y bravura inequívocas-, marcará la pauta y calificará la categoría de la feria. Los aficionados están expectantes -al parecer también preocupados- dados los lamentables antecedentes de las ferias de Valencia y de Sevilla en las que la mayoría de los toros estaban anovillados y salieron al ruedo absolutamente inválidos.

Estos antecedentes explican la iniciativa de diversas organizaciones de aficionados que han decidido dirigirse a la autoridad para pedir que se extreme el rigor en los reconocimientos previos de las reses y se vigile toda comisión o tentativa de fraude, en cuanto pueda afectar a la alteración de su integridad física y de su comportamiento.

De repetirse en Madrid aquellas inaceptables presentaciones de los toros y la extrañas reacciones que tuvieron durante la lidia en Valencia y Sevilla, la feria de San Isidro será un fracaso más de los taurinos, con demasiada frecuencia incompetentes y poco fiables, donde importa -la corrida, el toro, el toreo-, mientras se muestran unidos, tenaces y con amplia capacidad de maniobra en los organismos, en las entidades, en los medios y allá donde puedan obtener las ventajas que convienen a sus intereses particularísimos. En caso contrario la feria madrileña constituirá un éxito, con independencia de las habilidades que sean capaces de desarrollar los diestros.

La expectación por esta feria de 28 festejos que hoy comienza es grande, en justa correspondencia con las combinaciones de toreros, acaso las mejor programadas de estos últimos años en Madrid y ese último tramo -lamentablemente demasiado corto- de marcado carácter torista.

Si el toro-toro que, en teoría, configura este apartado lo lidiaran las figuras y pudieran beneficiarse de las dulzuras -asimismo, teóricas- del toro llamado comercial los diestros de menor, cartel, la feria acentuaría su interés y hasta se podría calificar de modélica. Pero eso sería signo evidente de que la fiesta ha cambiado. Y no ha cambiado.

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