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Candelas

"Si alguna estirpe resulta verdaderamente gloriosa es la de los carpinteros. Éste ha sido el único gremio que produjo un dios auténtico y que ha estado a punto de producir un auténtico diablo. Si bien un diablo menor, un diantre madrileño con faja carmín como el fuego del infierno, sombrero calañés y frío como el aire del Guadarrama".Así empieza la biografía de Luis Candelas, El bandido de Madrid, que escribió en 1929 Antonio Espina y que ha sido reeditada en la Austral a cargo de Jaime Más Ferrer. Es una pieza maestra del género mixto entre biografía y novela que proliferó en el primer tercio de siglo y que se inspira en la tradición de la literatura picaresca.

"Veo a Espina, reveo a Larra", dijo del autor de esta obra Juan Ramón Jiménez. Nacido en Madrid en 1891, Antonio Espina fue una importante figura de la intelectualidad de la República. Como periodista colaboró en los principales diarios y revistas de la época y publicó novelas, ensayos y poemas, dedicando también tiempo a la política. Durante el Bienio Negro, en 1934, fue encarcelado por un violento artículo contra Hitler. Al comenzar la guerra fue detenido y condenado a muerte, estuvo en la cárcel cuatro años y marchó después al exilio de México, donde continuó su producción literaria. Volvió a España en 1951 y se ganó la vida escribiendo biografías, algunas con seudónimo, hasta su muerte en 1972.

Contada por Espina, la vida del bandido. Luis Candelas es fascinante. El autor se recrea Iiterariamente, con un estilo que a trechos recuerda a Quevedo, en las aventuras del hijo del carpintero del Avapiés que nació marcado, debajo de la lengua, con el aspa que anuncia que no puede ser otra cosa, sin posible término medio, que un gran hombre o un gran bandido. Mezcla Espina datos de la vida de Candelas con una amenísima fabulación literaria. Y así cuenta asaltos a diligencias, estafas, lances de amor, cárceles y fugas del personaje. Para terminar con la ejecución del famoso bandido que pronuncia, antes de morir, la frase: "¡Sé feliz, patria mía!".

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