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Israel rechaza un informe de la ONU que le responsabiliza de la matanza de Qana

Israel reaccionó con dureza al conocer que investigadores de Naciones Unidas presentarán la semana próxima al Consejo de Seguridad un informe donde se concluye que su artillería bombardeó premeditadamente el campo de refugiados de la ONU en Qana (Líbano), al saber que allí se habían refugiado guerrilleros de Hezbolá. En el ataque, ocurrido el pasado 18 de abril, murieron 102 civiles. Un portavoz del Gobierno israelí declaró ayer que el informe "no refleja la verdad ni contribuye a apaciguar la situación".Según revelaron diplomáticos relacionados con el informe, dirigido por el asesor militar del secretariado general, Frank van Kappan, a petición de Butros Butros Gali, en el texto no aparecerán las palabras "deliberado" ni "intencionado", pero el mensaje es claro. "Algo salió seriamente mal en la cadena de mando [israelí]", cita ron dichas fuentes.

Israel, que todavía tiene que explicar algunas cuestiones sobre la operación antes de que la comisión investigadora dé por terminado el informe, volvió a negar que se tratara de un acto premeditado. "Israel no disparó para matar deliberadamente a cien personas en el complejo", ha dicho Avner Tavori, portavoz de la misión de ese país ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York. "Estábamos apuntando a las localizaciones de Katyusha de Hezbolá cerca del complejo. Es obvio que algo salió mal en el, proceso".

Si, como es de esperar por motivos de seguridad, Israel no proporciona las pruebas que le han sido solicitadas, la ONU concluirá que actuó deliberadamente. En principio, Butros-Gali hablará mañana en el Consejo de Seguridad de la situación en Líbano, pero el informe podría no estar listo. Van Kappan ha pedido a Israel que explique si el campamento de la ONU había sido sobrevolado por aviones de reconocimiento antes de la matanza y por qué no se disparó sobre una base de Hezbolá que había en las cercanías.

En el informe se especifica que tropas de Hezbolá se refugiaron en la base de Qana, tras disparar morteros contra fuerzas israelíes desde sus alrededores y justo antes de que se desencadenara el bombardeo fatal. Pero según lo averiguado, la guerrilla proiraní no disparó desde el complejo.

La matanza de 102 civiles en Qana desató una condena internacional unánime, y el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, se desplazó a Líbano para negociar un alto el fuego. Israel achacó el incidente a un error. El pasado martes, la embajadora de EE UU en Naciones Unidas, Madeleine Albright, declaró que la actual crisis entre Israel y Líbano ha frenado los esfuerzos de Washington por hacer de la ONU un entorno "más benigno hacia Israel".

Entretanto, hoy comenzarán en la localidad egipcia de Taba la fase final de las cruciales negociaciones entre israelíes y palestinos para determinar el estatuto definitivo de los territorios autónomos de Gaza y Cisjordania, así como el futuro político de Jerusalén. Ambas partes tratarán también sobre los asentamientos de colonos judíos. Las conversaciones durarán un máximo de tres años, al término de los cuales se espera alcanzar un acuerdo definitivo de paz.

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. Por otra parte, decenas de miles de israelíes rindieron ayer homenaje a Isaac Rabin al cumplirse el sexto mes del asesinato del primer ministro por un extremista judío. Su viuda, Lea Rabin, pidió que se cumpla el testamento de su marido: "Instaurar la paz en la región".

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