Enresa colabora con la ex URSS en la gestión de sus residuos radiactivos
La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) ha comenzado a colaborar con los países que formaron la URSS y otros del Este de Europa en la gestión de la basura nuclear, dentro de diversos programas diseñados y financiados por la Comisión Europea. Los países que integraron el bloque soviético cuentan en la actualidad con 70 reactores nucleares -sobre todo en Rusia y Ucrania- que generan hasta el 85% de la electricidad nacional, como es el caso de Lituania. Aparte de las centrales, abundan los pequeños productores de residuos de baja radiactividad, como laboratorios y centros médicos, industriales y de investigación.Ahora mismo Enresa está inmersa en un proyecto de auditoría técnica sobre la gestión de instalaciones para residuos de baja y media radiactividad en la zona de Moscú y nueve regiones adyacentes (40 millones de habitantes, en total), proyecto cuyos costes se elevan a 100 millones de pesetas.
Según Pablo Zuloaga, jefe de este programa y del departamento de proyectos de Enresa, "tecnológicamente su nivel es equivalente al de Occidente, su preparación científica es muy buena, aunque tienen algunos problemas de coordinación y organización". Zuloaga explica que tienen alguna laguna "en las evaluaciones globales de seguridad", pues tienden en exceso a seccionarlo todo en vez de integrarlo.
En negociación con la Comisión Europea y la República Checa está el asesoramiento para montar en este país un organismo autónomo similar a Enresa.
Problemas en lo militar
Los programas de cooperación se llevan a cabo a través del consorcio Cassiopee, integrado, aparte de Enresa, por los organismos de gestión de residuos en Francia, Alemania, Bélgica, Holanda y Reino Unido. El consorcio ha evaluado ya el panorama en Bulgaria, República Checa, Eslovaquia, Rumanía, Polonia, Lituania y Hungría. En general, según Álvaro Rodríguez Beceiro, jefe del departamento de Relaciones Internacionales de Enresa, "la situación no es mala, los mayores problemas proceden de los residuos nucleares de origen militar".Zuloaga subraya que, con todos estos proyectos, la Comisión Europea persigue contar con una información certera sobre cuáles son los auténticos riesgos nucleares en los países del Este europeo y qué es lo que debe realmente preocupar. Zuloaga lo tiene muy claro: "El principal punto de preocupación radica en los 15 reactores del tipo de Chernóbil (RBMK) que siguen en funcionamiento".
Ambos coinciden en que los países más adelantados, tras Rusia -por su potencial científico- son Hungría y la República Checa. "Están en la línea de los países de Europa occidental", termina Rodríguez Beceiro.
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