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Tribuna
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El empleo, ya

Desde una óptica general, en la celebración de la gran jornada reivindicativa que moviliza a los trabajadores en todo el mundo, destacan este año varias circunstancias. En primer lugar, el elevado desempleo que afecta a las sociedades europeas está, cada vez con más notoriedad, sobre la mesa de interlocutores sociales y gobernantes. Estos últimos, tras años de eludir las soluciones de fondo, parecen haber caído, por fin, en la cuenta de que la gran magnitud del problema les obliga ineludiblemente al ofrecer un conjunto de actuaciones decididas para crear empleos.En esa dirección van las medidas de coordinación de las políticas adoptadas por los gobiernos europeos en la Cumbre de Essen o el Pacto de Confianza por el Empleo que está impulsando el. presidente, Santer. Que tales iniciativas se traduzcan en decisiones realmente eficaces para crear puestos de trabajo, y no en un ejercicio retórico, dependerá de la. voluntad política que sean capaces de poner. Es claro que la gravedad del problema -19 millones de parados en Europa- no permite más dilaciones.

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En segundo lugar, los plazos para la entrada en vigor de la moneda única se aproximan inexorablemente y cada vez somos todos más conscientes de que deberán adoptarse próximamente decisiones trascendentales que influirán decisivamente en las generaciones presentes y futuras. Los gobiernos y los parlamentos tienen que decidir democráticamente si su país va a estar (o no) en definitiva en la Unión Económica y Monetaria,(UEM) y para ello deberán sopesar con cuidado si realmente pueden asumir los sacrificios a que obliga la convergencia. La búsqueda del consenso es fundamental, porque opciones de esta envergadura no pueden adoptarlas los poderes públicos al margen o en contra de los ciudadanos. Y éstos deben ser claramente informados de las condiciones de la integración y, sobre todo, con qué fin se realiza: ¿sólo para tener una moneda fuerte y estable o para que la moneda sea el medio de lograr un mayor crecimiento económico que es imprescindible para la creación de empleo?

En tercer lugar, hay algunos cambios en la escena política. En esta materia, las cosas nunca son lineales, pero sí se constata que la ola de ultraliberalismo que ex pandieron Regan y Thatcher por el mundo a comienzos de los 80 sufre algunos reveses.. En Francia, masivas huelgas y manifestaciones convocadas por los sindicatos han frenado el ímpetu reformador de Chirac y Juppé. En los EE UU., el Contrato por América, máxima expresión del ataque frontal de los republicanos contra todos los aspectos so ciales del Estado, hace aguas. El triunfo del centro izquierda en Italia no es sólo una buena noticia para la construcción europea. También revela que los italianos y las italianas han apostado por una vía de modernación y con senso, sin dejarse influir por los cantos de sirena de la derecha, por más envoltura mediática con que se presenten.

Agunos de los aspectos citados marcan también la actualidad de nuestro país. El paro sigue siendo, por supuesto, nuestra gran asignatura pendiente. Con el 23% de la población activa sin empleo y tres veces más contratos precarios que en el promedio, de Europa, ponemos en evidencia no sólo que es éste el problema social número uno, sino también que la "flexibilidad laboral", sobre la que tanto se insiste, no aporta. soluciones verdaderas en favor del empleo.

Las decisiones sobre el futuro de nuestra moneda condicionarán fuertemente la acción del próximo gobierno. En este momento no conocemos los detalles del programa pactado. Pero algunas cuestiones que han trascendido son preocupantes. Se ha anunciado un drástico recorte en el gasto por desempleo pero, dado que las prestaciones están establecidas en la ley, cabe preguntarse: ¿Se está pensando en alguna nueva medida de recorte? Si no es así, las cuentas no cuadran. Por otra parte, las importantes concesiones que se están produciendo a las minorías nacionalistas en aspectos presupuestarios y fiscales pueden debilitar la capacidad redistributiva del Estado y atentar contra la cohesión social de nuestro país.

En el plano político aquí, a diferencia de Italia, la derecha consiguió algunos escaños más en el Parlamento. Pero es evidente que la izquierda tiene un arraigo amplio y profundo en este país. Si no estuviera enfrentada, probablemente el señor Aznar no tendría hoy perspectiva alguna de formar. gobierno. En todo caso, parece claro que el mensa e de las urnas al próximo gobierno es que debe hacer grandes esfuerzos de concertación con los interlocutores sociales y abandonar cualquier idea de liberalismo ultramontano que rechazarán los españoles y españolas, como han hecho los ciudadanos de otros países.

Este Primero de Mayo lo hemos enmarcado los sindicatos mayoritarios en el contexto de una gran movilización en favor del empleo. Aportarnos una profunda voluntad de diálogo y una serie concreta de propuestas que marcan un cambio de rumbo en las políticas que se han seguido hasta, ahora. En lugar de más reformas laborales y más precarización del empleo, creemos- que es fundamental orientar la integración europea -de la que somos fervientes defensores- en una convergencia real,- social y política. No solamente macroeconómica. Que la promoción del empleo requiere, entre otros aspectos, potenciar el INEM como servicio público de colocación y reformar la estructuración de las Empresas de Trabajo Temporal donde la laxitud de la regulación permite situaciones cercanas a la explotación de los trabajadores.

Creemos fundamental ligar la formación- de los trabajadores al empleo y por eso reclarnar1los, junto con otras actuaciones, las inversiones necesarias para la aplicación plena de la LOGSE. Demandamos la reunificación del mercado de trabajo poniendo límites justos a figuras contractuales, como es el caso del contrato a tiempo parcial, para evitar que favorezca la precariedad y la discriminación. Y pensamos que la participación de los trabajadores es imprescindible para que la flexibilidad interna de la mano de obra se haga desde posiciones de equilibrio entre los derechos de los trabajadores y las necesidades de las empresas.

La creación de empleo exige abordar en profundidad la reducción y la reordenación del tiempo de trabajo porque las tecnologías conllevan que cada vez se produzcan más bienes y servicios con menos trabajadores.

La búsqueda en profundidad de nuevas posibilidades de empleo que surgen de las nuevas necesidades sociales, la apuesta por la innovación y el desarrollo de grandes vías de infraestructura son, en síntesis, opciones claras del movimiento sindical que consideramos compatibles con la cultura social europea. No el constante recurso a la precarización y el abaratamiento de los salarios.

Este Primero de Mayo salimos a la calle, por lo tanto, para reclamar la atención a las prioridades sociales. Para que haya una gran ofensiva conjunta de la sociedad en favor del empleo teniendo como objetivo la reducción drástica del paro y la precariedad.

Nos movilizamos para reafirmar la necesidad ineludible de que el Estado del bienestar sea un pilar básico de nuestra estructuración social. Para defender, por lo tanto, el sistema público de pensiones, la sanidad universal y gratuita para todos los ciudadanos y ciudadanas y un aumento de la protección por desempleo (que está cayendo espectacularmente). En definitiva, una política de solidaridad social que forma parte de nuestra cultura y que debemos transmitir a nuestros descendientes.

Como todos los sindicatos del mundo, reclamamos el diálogo y la negociación como base fundamental para la adopción de medidas sociales, económicas y laborales.

Y vamos a expresar en las calles de los pueblos y ciudades de España que el internacionalismo es consustancial a la idea misma de sindicato.

Que tenemos presentes las demandas de los trabajadores de otros países y, sobre todo, que tenemos una deuda pendiente y un deber de solidaridad con nuestros compañeros en el Tercer Mundo.

La Unión General de Trabajadores convoca a los trabajadores y trabajadoras a actos y manifestaciones en calles y plazas porque está convencida de que sólo la fuerza y la unidad del movimiento sindical conseguirá que el mundo sea mejor para todos.

Cándido Méndez es secretario general de UGT.

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