Con las peinetas por dentro
Tres músicos de lujo, una cantante poderosa y tierna, con esos ingredientes Coplas de madrugá es un espectáculo sencillamente inolvidable. Martirio, filigrana que no cesa, demuestra una vez más que es la interprete más barroca de España. En esta ocasión, su propuesta parecía muy osada sobre elpapel.A ella le encantan las incursiones curiosas en todo cuanto le fascina. Pero daba la impresión de que era excesivo amancebar al jazz puro con la copla tradicional. Pues no, no era desatino.
Durante casi un año ha preparado milimétricamente el mestizaje que se había propuesto con el pianista Chano Domínguez, cuya labor como arreglista es deslumbrante.
Poco a poco fueron aleando la copla con el jazz hasta conseguir una simbiosis (asociación de dos seres vivos con parasitismo mutuo y beneficioso). Javier Colina y Guiller Mac Gill entraron al trapo con entusiasmo.
Coplas de madrugá
Martirio (voz), Chano Domínguez (piano), Javier Colina (contrabajo), Guillermo Mac Gill (batería). Café del Foro. Madrid, 25 de abril.
Géneros dispares
Lo primero que llama la atención en el espectáculo es lo bien que se entienden dos géneros tan dispares sin perder ninguno de ellos su personalidad. Martirio interpreta con respeto reverencial algunas de las más bellas partituras de la canción española, pero con ambiente y sonido de un club de jazz: de Nueva York. Louis Armtrong y Rita la Cantaora comparten escenario y swing.Durante toda la velada hay sutiles y precisos guiños a doña Concha Piquer, vítores contenidos a los grandes compositores del género. A algunos les hubiera gustado que la cantante se tiñera de negro y de soul enteramente. Pero ella ha optado por la moderación. El caso es que todo suena muy fluido, muy natural, como de toda la vida.
Hubo momentos de especial goce. La versión de Mi marío fue espectacular; la de No me quieras tanto, sorprendente. Y Tatuaje fue un alarde de técnica, de sensibilidad y de dramatismo. Ella siempre ha sido muy teatral, pero ahora se ha potenciado esa faceta. Se nota su temporada como actriz con la CAT (Compañía Andaluza de Teatro).
Fuera de programa cantó por derecho María Manuela, de Quintero León y Quiroga, acompañada únicamente por su hijo Raúl a la guitarra. Ovación de lujo. Es incierto que la Martirio haya dejado las peinetas. Ahora las lleva por dentro, paseando por los jardines del alma con Mahalia Jackson y Porrinas de Badajoz. En la copa posterior, Enrique Morente y Javier Ruibal hacían elogios apasionados de Coplas de madrugá. Y la gente, feliz.
Babelia
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