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Entrevista:

"El mundo desarrollado sigue robando a África sus recursos naturales"

Nadie sabe tanto sobre esta especie, el pariente más cercano del hombre, como esta zoóloga británica que lleva 36 años trabajando en el corazón de Africa. Allí, en el Parque Nacional de Gombe (Tanzania), Jane Goodall descubrió que los chimpancés eran capaces de, fabricar herramientas con hojas de los árboles para comer termitas. Sin embargo, hoy, esta investigadora -pionera en el estudio del comportamiento animal- no ha tenido más remedio que abandonar su querida selva africana, porque se está quedando a marchas forzadas sin su importante materia prima: las poblaciones salvajes de chimpancés.Esta prestigiosa científica -de 62 años de edad- denuncia la rápida destrucción de la especie y de sus hábitats, su caza indiscriminada con destino a los parques zoológicos o a los laboratorios de experimentación y las malas condiciones en las que viven también en cautividad. En su largo peregrinar para pedir ayuda (en los últimos meses ha recorrido medio mundo), Goodall también lanza la voz de alarma sobre la pobreza y el hambre que sufren. los africanos.

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Pregunta. ¿Cuál es ahora su principal ocupación?

Respuesta. Lo primero, y lo más importante para mí, es asegurarme que se continúa con las investigaciones sobre los chimpancés. Con algunos de ellos llevamos ya más de 30 años y todavía seguimos aprendiendo. Pero luego en el Jane Goodall Institute también tenemos ahora otro proyecto intenso: la creación de santuarios para cuidar a los chimpancés huérfanos, cuyas madres han sido asesinadas para utilizar su carne como alimento o capturadas para venderlas. El mayor de ellos está situado en el Congo, y también hemos abierto otros dos en Uganda y Kenia.

P. ¿Estos refugios para chimpancés huérfanos son. los proyectos que necesitan ahora una ayuda económica más urgente?

R. Es muy urgente que recibamos ayuda. Lo triste es que no podemos devolver esos jóvenes chimpancés a su medio, a la selva. Tenemos que cuidarlos durante el resto de sus vidas, y podemos hacer de estas reservas un lugar para la educación ambiental. Pero, además, es que no queda ya mucho hábitat natural apropiado para los chimpancés, donde éstos puedan vivir.

P. Los propios africanos están sufriendo problemas devastadores, como la sequía, las guerras tribales, la desertificación... ¿Cómo se ve este continente desde dentro?

R. África actualmente es un continente en un estado verdaderamente trágico. Y, por supuesto, una de las principales razones es que el mundo desarrollado continúa robando -literalmente, robar- sus recursos naturales. Ahora hay tantos sitios donde la gente, verdaderamente pobre, tiene que conseguir alimento, que cortan todos los árboles que pueden para obtener dinero para sobrevivir. Y cuando hay tanta gente, eso significa que el terreno se queda totalmente destruido. Se necesita mucha cooperacion entre África y el mundo desarrollado.

P. Pero muchos ciudadanos critican que los defensores de la naturaleza se preocupan mucho por los animales y poco, en cambio, por los millones de personas que pasan hambre en el mundo.

R. Creo que una de las cosas que la gente tiende a no entender es que cuando se habla de la conservación de los espacios naturales que quedan, para animales como chimpancés, gorilas o elefantes, no es sólo por los animales por lo que nos preocupamos. Porque una vez que se acaben los últimos bosques, y que la Tierra se desertifique más y más, la gente va a acabar definitivamente con este mundo.

P. Usted no sólo defiende a los chimpancés salvajes, sino también a los que viven en cautividad, sobre todo, en los países desarrollados. En concreto, solicita un fondo de pensiones para los ejemplares que hayan sido utilizados en algún tipo de experimento.

R. Yo creo que tendría que estar prohibido utilizar chimpancés en experimentos de laboratorio. Pero, como esto ocurre, en vez de retenerlos año tras año, deberían ser puestos en libertad en un hábitat adecuado para ellos, donde puedan tener espacio, respirar aire libre y también puedan adaptarse de nuevo a grupos sociales.

P. ¿Estudiar el comportamiento de los chimpancés conlleva también comprender mejor el comportamiento del hombre?

R. Hoy, desde luego, sabemos mucho más sobre los chimpancés que antes, y una de las cosas que impresionan es comprobar en qué gran medida su comportamiento se parece al nuestro. Los lazos de unión entre madres e hijos pueden durar toda una vida. Además, son también capaces de cooperar, compartir alimentos o ser altruistas. Cada uno tiene su propia personalidad y también sufren celos. En general, la comunidad misma tiene una historia que es tan fascinante como la de una comunidad humana. Incluso sus tradiciones y hábitos pasan de una generación a otra.

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