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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La LOGSE, en peligro

LA IMPLANTACIÓN, el próximo curso, del primero de los cuatro cursos de la educación secundaria obligatoría (ESO), la etapa más novedosa y emblemática de la LOGSE, se llevará a efecto en condiciones precarias, a falta de los; necesarios recursos presupuestarios. Pero la escasez de dinero público o la ausencia de voluntad política para encontrarlo puede incluso tener efectos más drásticos, como cuestionar la viabilidad de la propia ley, según se deprende de las conversaciones mantenidas por el PP y CiU con vistas a la formación de una nueva mayoría de gobierno. Es de suponer que el probable futuro Gobierno de Aznar, si no tiene dinero para desarrollar la LOGSE, no disponga tampoco de los 50.003 millones de pesetas que le costaría cumplir su promesa electoral de financiar un nivel educativo no obligatorio como el preescolar. Actuar de otro modo sería sencillamente escandaloso. Los deberes legales, avalados además por el Parlamento, están por encima de los compromisos electorales.Si se confirmara un acuerdo en tal sentido, CiU tendría que explicar por su parte (debería, incluso, explicárselo a sí misma) cómo puede pactar ahora con el PP la modificación de una ley que en su día contribuyó a aprobar en estrecha cooperación y entendimiento con el PSOE. Conviene tener presente que, si la autoría del proyecto inicial de la LOGSE corresponde al PSOE, hay bastantes aportaciones de CiU en el resultado final y en muchos aspectos de la ley. CiU no puede llevar su estimable voluntad de contribuir a la gobernabilidad del Estado hasta el extremo (aunque sea con el pretexto de que hay dificultades presupuestarias) de apoyar el derribo de una reforma del sistema educativo con la que en su día mostró un alto grado de acuerdo.

Cuestión aparte son las dificultades que va a encontrar la implantación de la ESO el próximo curso. En las zonas rurales, en las que la población está más dispersa, un porcentaje elevado de alumnos se verá obligado a dedicar una buena parte del tiempo de su jornaa escolar a viajar. La distribución de centros que han de impartir el primero de los cuatro cursos que componen la educación secundaria obligatoria les supondrá tener que recorrer diariamente entre 25 y 30 kilómetros en autobús para llegar a su centro de enseñanza. Y en muchas zonas urbanas la nueva etapa educativa deberá iniciarse en el mismo colegio donde se ha cursado la primaria, sin los equipamientos materiales marcados por la ley para esa etapa -aula taller y laboratorio- y sin el equipo docente y de orientación completo, con el consiguiente deterioro educativo. Esa situación comienza a inquietar a los escolares y a sus familias, como lo demuestran las manifestaciones que se están produciendo en diversas zonas de España.

Ése es el escenario crítico al que se enfrenta la implantación de una ley presentada en el momento de su aprobación en el Parlamento hace seis años como el principal instrumento de la modernización de España. Y, a tenor de las conversaciones mantenidas entre el PP y CiU, no parece que vaya a mejorar. Pero sería lamentable que el probable futuro Gobierno del PP, con el apoyo de CiU, reformara la LOGSE para retrasarla o incluso abaratarla, desmintiendo con los hechos el bello discurso de los políticos de que los gastos en educación son la inversión más rentable.

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