El fin de las hostilidades es posible en 24 o 48 horas, dice Peres

La matanza de civiles libaneses en un refugio de la ONU en Qana, en el sur de Líbano, donde la artillería israelí causó el jueves la muerte a un centenar de personas, ha multiplicado las iniciativas de paz concentrándolas en un solo objetivo: lograr un inmediato alto el fuego. El primer ministro israelí, Simón Peres, parece ceder a las presiones internacionales. Preguntado ayer por el segundo canal de la televisión israelí si ese alto el fuego del que se habla es posible en las próximas 24 o 48 horas, el primer ministro respondió: "Es posible. No es seguro, pero hay una posibilidad".La posición del Gobierno libanés, que sena, según Peres, el encargado de anunciar los términos del alto el fuego ideado por Estados Unidos y otros mediadores, es menos optimista. El primer ministro libanés, Rafik Hariri, dijo ayer que un arreglo de ese tipo tardaría tres o cuatro días en lograrse. Fuentes israelíes dicen que todo alto el fuego deberá ser negeciado con Siria, país tutor de la seguridad de Líbano, y de ahí puede llegar el retraso en cualquier negociación a varias bandas. Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Warren Christopher, y de Rusia, Yevgueni Primakov, serán los encargados, este fin de semana, de desatascar la situación.

Mientras llegan los pesos pesados, el ministro francés de Exteriores, Hervé de Charrette, se mueve con ventaja. Ayer, tras sostener varias reuniones en la capital siria, fue el primer mediador en dejar entrever que libaneses e israelíes podrían acordar un alto al fuego inmediato "en las próximas horas".

"Comienzo a sentirme optimista", explicó el ministro francés al término de cruciales reuniones con altos funcionarios en Damasco, y sus palabras despertaron instantáneamente alivio y esperanzas entre la población libanesa, extenuada por la implacable ofensiva israelí. Francia y Estados Unidos, que han presentado sendas propuestas para poner fin a la costosa guerra entre Israel y la milicia shií Hezbolá, encabezan la movilización diplomática internacional para evitar que el conflicto paralice el proceso de paz en Oriente Próximo.