CiU rechaza las últimas ofertas y dice que la negociación "va mal"

Las propuestas concretas que Rodrigo Rato hizo llegar ayer, personalmente, a Convergència i Unió "no satisfacen las aspiraciones" de los nacionalistas catalanes y "quedan muy lejos" de lo que esperaban, señalaron ayer tarde fuentes autorizadas de CiU. Las negociaciones "van mal" ñadieron estas fuentes. La nueva documentación entregada por el PP a CiU está, además, muy alejada del contenido de las conversaciones llevadas a cabo entre las dos delegaciones negociadoras, agregaron las mismas fuentes.

Expresiones como "retroceso" o "estancamiento" fueron utilizadas ayer por distintos interlocutores de CiU. "Lo estamos reelaborando todo", señaló un dirigente nacionalista, quien no descartó que la investidura de José María Aznar deba esperar hasta el 6 de mayo. Las fuentes consultadas se negaron a explicar qué se había torcido en un proceso que parecía bien encarrilado.CiU recibió ayer un documento del PP que se pretendía que fuera el definitivo, en el que se recogían de forma sistemática todas las propuestas programáticas para el pacto, en financiación autonómica, política de traspasos y desarrollo autonómico, política económica y aspectos sectoriales.

En CDC negaron que Rodrigo Rato se hubiera entrevistado en Barcelona con Joaquim Molins y le hubiera entregado personalmente las últimas propuestas. Fuentes del PP habían señalado que Rato y Molins habían almorzado juntos. Un redactor de Europa Press localizó a Rato en el aeropuerto de Barcelona cuando regresaba a Madrid: "Las negociaciones no están cerradas, pero creo que van bien", declaró el dirigente del PP.

En financiación autonómica lo único que parecía estar en discusión era la existencia de topes para limitar los beneficios de un mayor esfuerzo fiscal -el PP proponía un 3% mientras CiU reclamaba un 4,1%, que apenas tendrían incidencia real- y la composición de la agencia tributaria compartida que gestionará los impuestos ya cedidos y los compartidos. Mientras CiU reclamaba el 50% de esta agencia para las autonomías, el PP proponía que el reparto fuera del 80% para el Estado y el 20% para las comunidades, si bien aceptaba que determinadas decisiones se tomaran por consenso.

También eran conocidas (véase EL PAÍS de ayer) las divergencias en torno a gobernadores civiles, competencias en tráfico y el traspaso de los aeropuertos, que el PP se negaba a comprometer. Los nacionalistas esperaban que este nuevo documento del PP diera cumplimiento a sus satisfacciones, pero por lo dicho ayer se produjo lo contrario. Fuentes populares confirmaron que CiU había rechazado el documento entregado ayer.

Antes de que se produjera esa aparente crisis en la negociación, Pujol ya había decidido aplazar una entrevista en TV 3 prevista para el próximo día 25, dentro del espacio por el que han pasado Xavier Arzallus, José María Aznar y Felipe González. Se esperaba que Pujol aprovechara esa ocasión para explicar a la opinión pública catalana los resultados de la negociación con el PP. Pujol declaró ayer a Europa Press que no concederá ninguna entrevista a televisión hasta después de la investidura, porque ni conviene a las negociaciones ni "le iría bien a Aznar".

El presidente catalán, que ayer viajó a Weimar (Alemania) para asistir a una reunión de la Asamblea de las Regiones de Europa, declaró horas antes de que se conociera la crisis en la negociación, que no había que inquietarse si ésta se alargaba, porque no se trata de abordar "asuntos de detalle sino de fondo". Además, añadió, "hay que tener en cuenta que negocian fuerzas que han estado distantes y muy enfrentadas durante mucho tiempo".