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OPERACIÓN UVAS DE LA IRA

Los libaneses temen que Israel amplíe su zona de seguridad tras forzar el éxodo de civiles

Centenares de miles de aterrorizados civiles seguían abandonando ayer sus hogares en el sur de Líbano para huir de la furia de Israel, que libra una guerra a muerte con los guerrilleros de Hezbolá. Con bombas que estallaban en sus talones, y mientras la aviación israelí atacaba Beirut y el valle de la Bekaa, los libaneses M sur emprendieron la fuga sin una idea clara de cuánto puede durar su tragedia ni cuáles van a ser las condiciones para retornar a sus pueblos y granjas: Anoche aumentaba el temor de que el éxodo de Tiro sea rovechado por Israel para ampliar la exensión de su llamada zona de seguridad hasta el río Litani, a 17 kilómetros al norte de Tiro.

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Israel ocupa una franja de 800 kilómetros cuadrados desde 1978, violando la resolución 425 del Consejo de Seguridad de la ONU. Un militar de la fuerza de paz de la ONU en la zona no descartaba ayer que en los próximos días Israel, que ya ha declarado que su operación no tiene plazo, comience a estrechar el cerco contra Hezbolá en el sur, incluso con el apoyo de infantería. Israel, que tiene recuerdos frescos del enorme coste de la invasión de 1982, todavía no ha dado señales de que se propone enviar tropas a Líbano. Al sur del río Litani viven 500.000 libaneses."Sólo Dios sabe qué es lo que nos espera", dijo un agricultor de la zona de Tiro mientras cargaba su destartalado Peugeot con las pertenencias más valiosas de su hogar: un par de alfombras, una lámpara antigua y un gran álbum de fotografías. En la parte posterior del vehículo, cuatro niños escudriñaban el cielo para saber si las blancas estelas que surcaban el firmamento eran cazabombarderos o uno de los aviones radar que orientan a los pilotos de los helicópteros israelíes. "Mire cómo estamos", dijo con voz angustiada, "el miedo nos está matando". Las oleadas de ataques israelíes se saldaron ayer con otros siete muertos y docenas de heridos entre la población civil libanesa.

La cuarta jornada de la ofensiva israelí contra Líbano superó nuevas cotas de intensidad y se amplió a objetivos cerca de Tiro, Nabatiyé, Beirut y localidades en el valle de la Bekaa. Entre el sábado y el domingo por la tarde, la aviación israelí efectuó 242 operaciones en Líbano, según reveló un portavoz del Ejército. Hacia mediodía, la artillería pesada israelí atrincherada en la franja ocupada castigaba a las posiciones de Hezbolá con nutridas descargas de proyectiles de 155 milímetros. "Gracias a la enorme movilidad de los cohetes Katyusha, los guerrilleros disparan desde todas partes y luego se esfumar", advirtió un campesino libanés. "Gran parte de la munición israelí va a estrellarse contra las piedras o contra las casas de civiles que felizmente, ya están. vacías". Salva tras salva, los guerrilleros de Hezbolá lanzaron ayer 45 cohetes e hirieron a dos civiles israelíes. En total, ya son 41 los heridos entre la población del norte de Israel desde que comenzó la operación Uvas de la Ira.

La prueba de que la efectividad de la ofensiva es cuestionable la dieron los propios milicianos del Partido de Dios, que quieren convertir en "un infierno" el norte de Israel. Después de más de cinco horas de constante bombardeo por aire, tierra y mar, Hezbolá lanzó una nueva andanada. Su capacidad ofensiva parece seguir intacta.

En un improvisado refugio de civiles, hombres y mujeres aplaudían cada vez que la radio daba cuenta de ataques guerrilleros. "Todos somos de Hezbolá", chilló triunfante un joven que repartía pan a un grupo de niños. "Sí, todos estamos dispuestos a morir luchando contra Israel, ¡Alahu akbar! [Dios es el más grande]", le replicaron.

Central eléctrica destruida

En Beirut, helicópteros artillados destruyeron una central eléctrica durante uno de los numerosos bombardeos de los suburbios del sur de la capital, uno de los bastiones de Hezbolá en el centro de Líbano, lo que provocó cortes de suministro en la capital. El Gobierno libanés dice que desde la ofensiva israelí han muerto 22 personas y que el número de heridos se eleva a 61.Las esperanzas de una tregua son vagas. A través de la radio de su milicia aliada, el Ejército del Sur de Líbano, Israel volvió a advertir ayer que nadie estaría a salvo en Tiro a partir de las seis (las cinco de la tarde en Madrid). Cuando venció el ultimátum, la artillería israelí reanudó los bombardeos con toda intensidad mientras sus cazabombarderos y helicópteros arrojaban bengalas para iluminar la carretera costera que une el sur con Beirut. Dos horas después Israel anunció que iba a "ampliar e intensificar" sus, operaciones.

Hezbolá, por su parte, reiteró su rechazo a la propuesta israelí de cese de las hostilidades. "Vamos a luchar hasta conseguir la retirada del ejército sionista de ocupación. La guerra de liberación del sur de Líbano ha comenzado", dijo una proclama leída en la radio del grupo proiraní La Voz de los Oprimidos.

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