Un califa del valor
José Pacheco, El Califa, valenciano, es otro caso paradójico de la torería actual. Debutó con picadores hace ya cinco años, sólo toreó dos festejos en la temporada pasada, debutó ayer en La Maestranza y dejó una estela de torero serio, valeroso, experimentado y dominador.Su caso, como el de otros, no tiene explicación aparente. Será que carece de medios económicos para que su nombre figure en más carteles; será que no tiene padrino en los despachos... Pero lo que sí es un torero de los pies a la cabeza, cargado de defectos todavía. Los nervios le jugaron, sin embargo, una mala pasada, y emborronó con la espada un triunfo que pudo ser muy importante. Se precipitó al matar, al cuarto y deslució toda una labor de conjunto meritísima, cimentada en un valor seco y espartano que llevó la emoción a los tendidos. Su primero era codicioso y de encastada nobleza, y le cortó una oreja fruto de un sentido de la quietud y del dominio admirable. Tiene una concepción escasamente artística del arte de torear, no le adornan maneras exquisitas, pero desborda seguridad ante la cara del toro. Un estoconazo a ley fue el gran colofón a su primera faena.
Núñez / El Califa, Canales, El Poli
Novillos de herederos de Carlos Núñez (el primero, devuelto), bien presentados, deslucidos y mansos; el sobrero y el cuarto, nobles. José Pacheco, 'El Califa': estocada (oreja); cuatro pinchazos y tres descabellos (ovación). Canales Rivera: casi entera (ovación); estocada baja (ovación). Antonio García, 'El Poli': media perpendicular (silencio); metisaca y dos descabellos (silencio).Plaza de toros de la Real Maestranza. 13 de abril. Menos de media entrada.
Con más temperamento, si cabe, capoteó por verónicas y chicuelinas al cuarto, que era un toro de trapío. Con la muleta, volvió a plantar cara con arrojo y consiguió dos tandas de derechazos ejecutados con limpieza. El animal se vino abajo y acortó su recorrido. Fue una faena de más a menos, que terminó muy distinta a como se suponía. El torero perdió la serenidad y pinchó repetidamente a causa de una precipitación innecesaria.
Canales Rivera no tuvo suerte con su lote, manso y con muy escasas fuerzas. Animoso toda la tarde con capote y muleta, no consiguió momentos de brillantez. Recibió al quinto con dos largas cambiadas a porta gayola, participó en quites y se esforzó en demostrar un estilo elegante y sobrio.
Tampoco colaboraron los novillos de El Poli. Su primero era un manso integral, y el segundo, un inválido. Pero el novillero que más toreó el año pasado -otro misterio de la torería actual- está ayuno de ideas y no le sobran cualidades.
Babelia
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