Longitude
En 1714, el Parlamento británico ofreció un premio de 20.000 libras de la época para quien encontrara un método o dispositivo, que solucionara el problema de la determinación de la longitud, una necesidad acuciante para los navegantes. La respuesta no estuvo en las estrellas, donde la humanidad había encontrado guía hacía siglos para determinar la latitud, sino en un mecanismo, un reloj capaz de dar la hora exacta a bordo de los barcos. Sobel cuenta la curiosa historia de la búsqueda que condujo al cronómetro marino en este volúmen de pequeño formato.
Dava Sobel
Walker & Company. Nueva York, 1995. 184 páginas ISBN: 0-8027-1312-2. 19 dólares.
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