Yeltsin anuncia el fin de las operaciones militares en Chechenia para negociar la paz

El presidente de Rusia, Borís Yeltsin, anunció ayer el cese de las operaciones militares en la república independentista de Chechenia a partir de la pasada medianoche y, por primera vez desde el inicio de la guerra en 1994, reconoció que el líder rebelde, el general Dzhojar Dudáiev, goza de cierta "autoridad", y le ofreció un diálogo, a través de mediadores y un papel en el proceso de paz. En él, dijo YeItsin, Chechenia podría lograr más autonomía que ninguna otra de las repúblicas que forman parte de la Federación Rusa, pero no la independencia. La calma reinaba esta madrugada en el territorio secesionista.

Yeltsin, cuya campaña electoral se ve gravemente empañada por la guerra en el Cáucaso, desveló por televisión su plan para regular aquel conflicto, que calificó como "el problema más grave de Rusia". El plan, síntesis de la labor de dos comisiones, ha sido aprobado por el Consejo de Seguridad y contempla el comienzo de la retirada paulatina de las tropas desde los "distritos tranquilos" de la república a sus fronteras administrativas. La aseveración de Yeltsin sobre el fin de las operaciones bélicas a partir de anoche no podía ser interpretada al pie de la letra, como indicó la máxima autoridad militar en la zona, el general Viachelav Tijomirov, según el cual era imposible interrumpir todas las operacienes militares inmediatamente. Yeltsin reconoció la primacía de la vía política al señalar que el Kremlin dará la "respuesta adecuada" a las acciones terroristas, pero ello no reemplazará las decisiones políticas contempladas en el programa de regulación de la crisis.

El plan de regulación prevé la preparación de elecciones parlamentarias libres y democráticas en todo el territorio de Chechenia, previa creación de un foro político de representantes del pueblo checheno. Además, Moscú está dispuesto a dar a Chechenia un "status especial" en la Federación Rusa, en el marco de un tratado de delimitación de competencias (equivalentes a estatutos de autonomía), con más transferencias que documentos semejantes firmados con otras repúblicas rusas.

Yeltsin fue más lejos de lo que se había esperado en su discurso, que estuvo muy bien preparado, y ofreció una amplia gama de posibilidades que, de ser desarrolladas, tal vez podrían sacar el conflicto de¡ atolladero en que está desde que las tropas rusas entraron en Chechenia en diciembre de 1994.La lógica del cambio

El presidente leyó primero un breve discurso y después fue entrevistado por representantes de las dos cadenas estatales y de la televisión independiente NTV. En respuesta a sus preguntas, Yeltsin admitió que la lógica que ha transformado al líder palestino Yasir Arafat de enemigo en interlocutor a los ojos de Israel es aplicable también a Dudáiev. Y aunque el presidente no dejó de criticar al general, reconoció que éste goza de "autoridad" entre una parte de la población, aunque sea "poco limpia y puede que delictiva".

Yeltsin, según el cual dos tercios de las regiones de Chechenia están fuera de la influencia de Dudáiev, confesó que no todos los miembros de su equipo comparten su decisión de inclinarse por el diálogo con Dudáiev "a través de intermediarios".

Entre las personas que se han ofrecido como mediadores, Yeltsin mencionó al presidente de Kazajstán. -Nursultán Nazarbáiev-, a un jeque árabe y a un emigrante disidente. Dudáiev, según dijo, está dispuesto a dialogar después de haber rechazado "tres veces" los intentos del Kremlin para que aceptara conversaciones de paz. El líder independentista, sin embargo, pone " condiciones muy duras", como la independencia de Chechenia, con las que el Kremlin no está de acuerdo. Yeltsin no excluyó que ésta sea sólo una posición de partida que puede transformarse en una "variante más suave" en las eventuales negociaciones. "Estamos dispuestos a darle el máximo, más que a cualquier otra república de Rusia", dijo Yeltsin, que aseguró no temer una reacción en cadena por parte de otros dirigentes de repúblicas rusas. "Esa época ya pasó", sentenció el presidente, según el cual, en caso de llegar a un compromiso, no impedirá a Dudáiev participar en unas elecciones.

Al margen de la sinceridad de fondo de las ideas expuestas por Yeltsin, éste consiguió poner en una situación delicada tanto a Dudáiev como a la Duma Esta tal de Rusia, a la que ha propuesto examinar la concesión de una amnistía a los participante en los conflictos armados en Chechenia, con excepción de los que han cometido "delitos graves". La primera reacción no se hizo esperar, y el general Alexandr Lébed, uno de los candidatos a la presidencia, consideró esta propuesta como una "trampa".Yeltsin también propuso al Gobierno crear con ambas cámaras del Parlamento una comisión para controlar el proceso de regulación en Chechenia, y dio orden al Gabinete de investigar los abusos cometidos en el programa de ayuda.