El ministro de Exteriores de Alemania se pronuncia contra un 'nucleo duro' en la UE
El ministro alemán de Exteriores, el liberal Klaus Kinkel, presentó ayer en Bonn un documento en el que se exponen los "objetivos alemanes para la conferencia intergubernamental" de la Unión Europea, (UE) que se pronuncia contra un núcleo duro europeo: "Nadie que quiera y pueda participar puede ser excluido en contra de su voluntad". Al mismo tiempo, Kinkel dio rienda suelta a sus sentimientos al mostrarse "triste y decepcionado" por la postura del Reino Unido ante la reunión de Turín que se inicia el viernes, y criticó Londres se oponga a la participación del Parlamento Europeo.
Reconoció Kinkel como casi imposible conseguir que su colega británico, Malcolm Rifkind, suavice su postura en temas como el rechazo a conceder mayores derechos al Parlamento Europeo e integrar la Unión Europea Occidental (UEO) como pilar de la defensa europea en la OTAN. Tan sólo en la modificación sobre la toma de decisiones, por mayoría en vez de unanimidad, espera Kinkel que Londres ceda en sus posiciones.El documento de Kinkel incluye una serie de consideraciones entre lo lírico y lo épico sobre el papel de Europa, su importancia y el "dramático cambio estructural de la economía mundial, que exige una reestructuración hacia fuera y hacia adentro" o "el ciudadano exige una actuación europea". Tras esta amplia introducción, pone de manifiesto el documento, de forma implícita, la intención de Alemania de partir del núcleo Bonn-París como motor de la UE.
De forma expresa se formula que la base de los objetivos alemanes para Turín son los acuerdos de la coalición que gobierna en Bonn, entre democristianos (CDU-CSU) y liberales (FDP), y un escrito conjunto del canciller alemán, Helmut Kohl, y el presidente francés, Jacques Chirac del 6 de diciembre.
Los objetivos son cinco:
1. Política común exterior y de seguridad. Se busca crear una unidad de análisis y planificación; ampliación de las decisiones con mayoría cualificada pero conservar la regla de unanimidad en determinados ámbitos; otorgar competencias al Consejo Europeo sobre la UEO, que a medio plazo deberá integrarse en la UE.
2. Justicia e Interior. Fortalecimiento de la cooperación policial con el objetivo a largo plazo de crear una central policial europea con facultades operativas armonizar normativas de derecho civil y penal; política común de visados, asilo, aduanas y emigración.
3. Subsidiaridad, democracia y transparencia. Concreción del principio de subsidiaridad; mayor transparecia en la legislación comunitaria; fortalecimiento de los derechos individuales de los ciudadanos.
4. Reformas institucionales. Se trata de lograr fortalecer la capacidad de actuación de la UE para asegurar la capacidad de ingreso de nuevos miembros. Más votaciones con mayoría cualificada en el Consejo Europeo e introducción de las dobles mayorías, ponderadas en función de las cifras de población; limitación del número de comisanos europeos; asegurar la participación de uno de los países grandes en la troika.
S. Integración flexible, según las propuestas Kohl-Chirac. Se trata de evitar que el proceso de integración pueda ser detenido por miembros que no quieran o no puedan (suprimir el derecho de veto), pero al mismo tiempo no se puede excluir, contra su voluntad a ninguno que quiera y pueda participar.
Por su parte, el ministro español de Exteriores, Carlos Westendorp, hizo ayer una auténtica profesión de fe europea en el discurso que pronunció en la Real Academia de Jurisprudencia y, Legislación sobre 9a posición española ante la reforma de los tratados de la UE". "España cree", dijo, "que en este momento crucial de cambios a escala mundial, la UE debe aprovechar la Conferencia Intergubernamental para dar un fuerte impulso a la construcción europea (...) Creemos firmemente que la única vía posible para salvaguardar la Unión como factor de paz y estabilidad en el continente es la integración".
Más concretamente, Westendorp recalcó que en el Consejo de Ministros de la UE era necesario reforzar la legitimidad democrática "teniendo en cuenta adecuadamente el factor población en el sistema de votación", es decir, que los países grandes, entre los que figura España, no deben quedar sumergidos por los pequeños que serán cada vez más numerosos.
Otro objetivo es lograr la eficacia en la lucha contra el terrorismo. "Es inaceptable entre Estados democráticos que comparten los mismos valores conceder al terrorismo la categoría de delito político, y así habrá de reconocerse expresamente en el Tratado", subrayó. En claro, se trata de evitar que un país como Bélgica pueda dar asilo a presuntos terroristas españoles.
Por último, afirmó, "España considera que el empleo es uno de los temas capitales de la Conferencia", aunque esa política seguirá, en manos de los Estados.
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