El reelegido presidente de Taiwan ofrece a China firmar un "pacto de no agresión"

ENVIADA ESPECIAL Finalizada la borrachera electoral y demostrado a las autoridades chinas el apoyo que el presidente Lee Teng-hui tiene en su política de aproximación hacia el continente, los taiwaneses se aprestan a volver a la normalidad de sus silenciosas pero eficaces relaciones con Pekín. Lee reiteró su oferta de la campaña de trabajar hasta lograr firmar con el Gobierno de la República Popular "un pacto de no agresión, basado en el respeto, la confianza y la voluntad mutuas". Tras su aplastante victoria (54% de los votos), el primer presidente electo del mundo chino se encuentra en mejor posición para hacer entender a Pekín que Taiwan no negociará bajo amenazas.

El pacto de no agresión forma parte del plan de seis puntos propuesto por Lee Teng-hui en abril del año pasado como respuesta a uno previo de ocho untos presentado por el presidente de China, Jiang Zemin, en el que se proponía un "tratado de paz". "Nosotros deseamos acabar con el estado de hostilidades existente y negociar en base a la interacción de los dos planes, pero para ello es imprescindible crear primero una atmósfera favorable al diálogo", declaró en una conferencia para la prensa internacional, incluso antes de conocerse la victoria de Lee, el presidente del Consejo de Asuntos Continentales, Chang King-yuh."En cuanto se marchen los cientos de periodistas extranjeros que han invadido la isla, el Gobierno reiniciará con Pekín la diplomacia serena que tan buenos resultados ha propiciado a ambos hasta el escándalo del viaje de Lee Teng-hui a EE UU, en junio pasado", señalan fuentes financieras taiwanesas. "Comisiones de uno y otro lado del estrecho de Formosa se pondrán a trabajar de inmediato para recuperar el tiempo perdido".

La atención de una gran parte de los taiwaneses se centraba anoche en cuál sería la respuesta de la Bolsa al triunfo de Lee. "Se ha votado por la estabilidad y esto tiene que reflejarse en una fuerte subida de los valores, como mínimo en la sesión de apertura de hoy. Luego volverá a bajar un poco, pero si se soluciona o al menos se apacigua el problema con Pekín no tendrá más remedio que haber una recuperación tras nueve meses continuados de pérdidas", señala Wang Ke, de 45 años, que como muchas mujeres chinas es la encargada de las finanzas de la casa y la que invierte en bolsa.

Fin de las maniobras

Hoy deben finalizar las maniobras militares que inició el pasado día 8 el Ejército Popular de Liberación en el estrecho y que han tenido un efecto contrario al deseado por Pekín, al impulsar al pueblo taiwanés a votar masivamente por su presidente. Toda la prensa nacional dedicaba ayer grandes espacios al triunfo de Lee y del proceso democrático de Taiwan, si bien destacaba que el "desordenado e incalculable" gasto de esta campaña electoral no se puede permitir de nuevo.

El presidente del independentista Partido Democrático Progresista (PDP), Shili Mingteh, presentó la dimisión ante la derrota sufrida por el partido. Se espera que Peng Mingmin, el candidato del PDP a la presidencia, abandone también la dirección en Taiwan y continúe representándolo en EE UU, donde goza de mucho prestigio. El independentismo no sólo recibió un fuerte revés en las elecciones presidenciales (Peng obtuvo el 21% de los votos emitidos), sino incluso en las de la Asamblea Nacional, cuya misión ha quedado reducida a las reformas de la Constitución. El PDP obtuvo el 29,6% de los sufragios de la Asamblea, frente al 33% que alcanzó en diciembre pasado en los comicios para el Parlamento.

Pero lo que todos los taiwaneses quieren ya, y especialmente la poderosa 'comunidad financiera y comercial, es olvidar el marasmo electoral y la disputa en el estrecho para que Taipei y Pekín se sienten a negociar "lo antes posible". Ante esta evidencia, el ministro de Economía, P. K. Chiang, señaló incluso antes de la victoria de Lee Teng-hui que su Gobierno promoverá de inmediato el establecimiento de comunicaciones navales directas con el continente. Para salvar los cinco kilómetros que hay entre la isla taiwanesa de Quemoy y tierra firme es necesario actualmente hacer un viaje de 1.500 kilómetros y pasar tres aduanas: la taiwanesa, la de Hong Kong y la de la República Popular.

Las comunicaciones directas eran el objeto de la ronda de negociaciones bilaterales que debiera de haberse celebrado en julio pasado, pero que fue suspendida indefinidamente por Pekín. El presidente del Consejo de Asuntos Continentales también subrayó la necesidad urgente de "restablecer el clima anterior a la ruptura" para poder avanzar en el acercamiento a través del estrecho.

"Hay que dejar que el tiempo resuelva la cuestión política en la que el desarrollo de los importantes intercambios económicos y culturales ya establecidos será fundamental para una posterior unión", señala Leopoldo Vicente, director del departamento de Lengua y Literatura Españolas de la Universidad de Furen, en la capital. Con 12 años de residencia en Taiwan, está convencido de que "muy pronto" se podrá navegar libremente de un lado a otro del estrecho de Formosa y volar directamente desde esta isla al continente.