Samper admite por primera vez un posible adelanto de las elecciones para salir de la crisis en Colombia

El presidente colombiano, Ernesto Samper, aceptó ayer por primera vez la posibilidad de irse del Gobierno antes de que termine su mandato para resolver la crisis institucional derivada de las acusaciones de que recibió dinero del narcotráfico para su campaña electoral. El "aquí estoy y aquí me quedo", que se convirtió en su estribillo, cambió a un "menú de opciones políticas para superar la crisis", que contempla la posibilidad de elecciones adelantadas.De cumplirse esto último, en enero de 1997 el palacio presidencial de Nariño tendría un nuevo huésped. "Mi prioridad es encontrar una salida a la crisis", dijo el presidente ayer, al sancionar la ley que elimina el secreto del sumario en el juicio que se plantea contra él en el Congreso.

"Necesitamos retomar el sendero de la normalidad, detener el peligro que se cierne sobre la economía, detener también el deterioro de nuestra imagen internacional y asegurar la legitimidad de nuestras instituciones". En el menú de opciones que Samper lanzó para que sea analizado y discutido por todos los estamentos, está el crear un Gobierno de unidad nacional, acortar el periodo presidencial -no el del Congreso-, o refrendar el mandato samperista por medio de una consulta popular.

La propuesta cuajó tras consultas de Samper con ex presidentes, jefes políticos y de grupos económicos, el nobel Gabriel García Márquez, el fiscal general, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (su predecesor, César Gaviria) y dueños de medios de comunicación.Reforma profunda

La propuesta supone una profunda reforma política y judicial. Entre otras prevé la financiación estatal de las campañas y crear un estatuto Gobierno-oposición. En el campo judicial, según el diario El Tiempo, es posible que se opte por establecer beneficios penales para los implicados de cuello blanco en el actual narcoescándalo.

Esta "estrategia integral" se pondría en marcha sólo después de que el Congreso emitiese su fallo en el juicio contra el presidente, e implica una reforma constitucional. Su trámite en el Congreso serviría de barómetro para medir lo unido que está el Partido Liberal, mayoritario en el Congreso. Pero el presidente ha escuchado ya, desde su partido, voces contra su paquete de reformas. "Lo que quiere Samper es dar un impulso a las reformas políticas que lo ubiquen en la historia como el gran renovador y no como cuestionado por, la corrupción".

La propuesta presidencial se lanza ante una semana especialmente agitada. A partir del martes, la cúpula del Gobierno -presidente y sus ministros de Interior, Exteriores y Comunicaciones- tendrán que explicar su participación en una campaña en la cual ya nadie duda que ingresó dinero del cartel de Cali. El presidente dará su testimonio ante el investigador de la comisión de acusaciones del Congreso.

¿Por qué gestiona el presidente su propia salida? Según el presidente de la dirección nacional conservadora, Jaime Arias, "admitir una salida implica que el problema de sus tres ministros le ha golpeado duramente". Y no sólo a él. A toda la clase política. En el Congreso el malestar y la confusión son claros. "Tenemos que agilizar el juicio del presidente. Después debemos pensar si seguimos en la cacería de brujas o si salvamos al país con un gran acuerdo. Si siguen rodando cabezas llegará el momento en que no quede quien recoja esas cabezas ni quien tramite los procesos", dijo a EL PAÍS el senador liberal Héctor Eli Rojas.