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Francia fortifica las escuelas para evitar la creciente violencia en las aulas

Un plan incluye altos muros y reclutas en los centros conflictivos

Enric González

El Gobierno francés quiere atajar el auge de la violencia en las escuelas. Para que éstas sean "un santuario", en palabras del ministro de Educación, François Bayrou, tendrán que parecerse a una fortaleza: hoy se presentará un plan que incluye el reforzamiento de la vigilancia interna, la construcción de muros en tomo al recinto, durísimas multas contra los intrusos y la creación de clases especiles para los alumnos más difíciles.

El primer ministro, Alain Juppé, ha pedido que las cadenas de televisión contribuyan también a mejorar el ambiente juvenil, reduciendo la violencia en sus programaciones.El plan contra la violencia escolar atribuye una especial importancia al aislamiento frente a las agresiones exteriores. De ahí las vallas de protección, que deberán costear los ayuntamientos, y las sanciones contra la intrusión sin permiso, que podrán ascender a 10.000 francos (240.000 pesetas). Sin embargo, una encuesta realizada por un sindicato (le maestros refleja que sólo en las escuelas de los centros urbanos se percibe mayoritariamente la violencia como un fenómeno procedente del exterior: extorsión, droga, robo y asalto a mano armada son las quejas más frecuentes. Aumentan también significativamente los casos de profesores agredidos por padres de alumnos.

Para intentar evitar esos casos, se crearán "centros de mediación" entre profesores, padres y alumnos. Y, puestos en lo peor, un convenio especial con la Mutua Aseguradora del personal docente acelerará el pago de tratamientos médicos e indemnizaciones por causa de agresión.

Las conclusiones de la citada encuesta sindical señalan que en los centros escolares de los suburbios "la violencia es frecuentemente interna, provocada por los propios alumnos". Ese es el fenómeno que más preocupa, y abundan los ejemplos. El pasado día 14, una bomba de fabricación casera estalló en los lavabos del Instituto Mendés-France de Pérone, al norte de París, destrozando las instalaciones e hiriendo a dos estudiantes. Tres alumnos del instituto, quinceañeros, han sido procesados como autores del atentado.

Otro caso reciente: el 12 de marzo, un alumno de 14 años fue condenado a dos meses de prisión, de los cuales deberá cumplir al menos 15 días, por agresión a una profesora en el colegio Joliot-Curie de Tucquegnieux (Lorena).Para reforzar la disciplina interna, el Gobierno destinará a los centros más conflictivos 2.200 reclutas que asumirán funciones de vigilancia. Y, sobre todo, se creará un nuevo tipo de clase especial "para alumnos en situación previa o inmediatamente posterior al consejo disciplinario". Serán clases con un máximo de cinco alumnos, con profesores voluntarios que intentarán recuperar a los chicos. Sin embargo, el objetivo primordial de las llamadas "clases-sas" consistirá en "impedir que los alumnos en periodo de fracaso o rebelión perturben el buen funcionamiento de una clase y evitar, a la vez, que esos alumnos se dediquen a errar por el barrio" en horario escolar.

Numerosos centros escolares preparan ya listas con los nombres de alumnos "indeseables" a los que quieren enviar a las aulas especiales, mientras algunos especialistas advierten del riesgo de crear guetos en el sistema escolar y de reforzar, en lugar de reducir, la marginación.

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