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Clinton y Mubarak presidirán la cumbre antiterrorista de la próxima semana en Egipto

ENVIADO ESPECIAL Los presidentes norteamericano, Bill Clinton, y egipcio, Hosni Mubarak, copresidirán la cumbre antiterrorista que se celebrará el próximo miércoles, como gesto de unidad internacional, en Sharm el Sheij, un balneario turístico en el sur de Egipto, en la costa del mar Rojo. Clinton confía en que la cumbre sirva para acordar avances concretos contra el terrorismo y para reafirmar el proceso de paz en Oriente Próximo. Una veintena de líderes mundiales, incluidos Borís Yeltsin, el rey Hussein de Jordania, Helmut Kohl y Jacques Chirac, respaldarán con su asistencia los esfuerzos de paz del primer ministro israelí, Simón Peres, y del líder de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat.

Clinton ha lanzado un balón de oxígeno a Arafat y Peres con la decisión de participar en la cumbre antiterrorista. Tanto el máximo dirigente palestino como el primer ministro israelí habían pedido el auxilio del presidente norteamericano y de la comunidad internacional ante el zarpazo que ha supuesto para el proceso de paz la plaga de atentados integristas que han causado 60 muertos en Israel en sólo ocho días. Clinton viajará a Israel tras la cumbre y pasará el jueves en Jerusalén para expresar allí su respaldo al proceso de paz.La Unión Europea también articipará en la cumbre y dedicará este fin de semana la reunión informal de ministros de Asuntos Exteriores en Palermo a analizar las propuestas de la UE contra el terrorismo y a favor del proceso de paz.

Radio Israel anunció ayer la noticia de la cumbre con enorme satisfacción, aunque quiso poner el acento en la voluntad expresa de Peres para que una iniciativa de este estilo tuviese lugar. "Es algo muy importante. Es el respaldo del mundo a la lucha contra el terror y es también un avance en el proceso de paz", afirmó Peres.

La cadena silenció, sin embargo, que el día anterior Arafat había hecho un llamamiento concreto para aunar esfuerzos en una cumbre internacional. "Propongo a todos los países preocupados por la paz en Oriente Próximo una reunión para afrontar la violencia y erradicar el terrorismo", afirmó Arafat durante la apertura en Gaza del Consejo Palestino, el órgano legislativo surgido tras los comicios del pasado enero en los territorios autónomos de Gaza y Cisjordania. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) precisó que en esta reunión deberían participar todos los países de la región, Israel y Palestina en primer lugar, y también EE UU y Rusia, por su papel primordial en los acuerdos de paz, así como la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU.

Peres, por su parte, había confesado muy poco después, en una entrevista a la televisión francesa, que era urgente la cooperación de otras naciones si realmente se quiere que el proceso de paz no se detenga, y criticó a los países europeos, en particular a Alemania y Francia, por "flirtear" con Irán, al que acusó de financiar y adiestrar al Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y a la Yihad Islámica. Teherán niega que facilite apoyo al terrorismo integrista y acusa a Peres de buscar un chivo expiatorio.

El respaldo internacional a Peres y Arafat con la cumbre del próximo miércoles es evidente. El presidente de Francia, Jacques Chirac, fue el primer mandatario en anunciar que asistiría. Más tarde se supo que también lo harían Clinton, el presidente ruso Borís Yeltsin, el rey Hussein, así como gran parte de los mandatarios europeos, incluidos el canciller alemán, Helmut Kohl, y el presidente del Gobierno español en funciones, Felipe González. Ni Irán ni Libia han sido invitados, pero sí Siria.

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La ola de violencia sanguinaria de terroristas de Hamás ha significado no sólo la suspensión del proceso de paz israelo-palestino, sino también el parón de las negociaciones entre Israel y Siria. La cita del miércoles puede servir también para reactivar los contactos entre los dos países.

Peres y Arafat se hallan más que nunca en la cuerda floja. El primero incluso puede ser derrotado en las elecciones del 29 de mayo por el líder del derechista partido Likud, Benjamin Netanyahu. El líder palestino, por su parte, es consciente de que necesita el respaldo total de los países árabes para combatir a los grupos integristas más radicales. Además, Arafat sabe que las operaciones de la policía palestina contra militantes o simpatizantes de Hamás pueden suscitar la ira descontrolada de la población. Precisamente ayer, la policía palestina detuvo a uno de los líderes políticos de Hamás, Mahmud Zahar, por orden directa de Arafat. En Hamás justificaron la detención en que Zahar había atacado verbalmente a la ANP.

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