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"Los buenos libros corren hoy peligro de no ser descubiertos", dice Zev Birger

El director de la Feria del Libro de Jerusalén visita Madrid

Los responsables de la cultura de Israel saben desde hace mucho que el fomento de la lectura debe empezar desde la infancia y actúan en consecuencia, según dijo ayer a este periódico Zev Birger, director de la Feria Internacional del Libro de Jerusalén. "No basta con acostumbrar a la gente a leer", dijo; "es preciso que la gente vaya habitualmente a las librerías y, sobre todo, hay que enseñarle a reconocer los buenos libros". Birger asistió ayer en Madrid a la presentación de la novela En el último azul, de Carme Riera.Con 5,5 millones de habitantes, Israel se encuentra en el grupo de cabeza de la población lectora en el mundo y, en líneas generales, el público prefiere los libros de ficción a los de no ficción o ensayo, según dijo Birger. Amos Oz y A. B. Yeoshua (autores partidarios del diálogo con los palestinos), que en tiempos fueron muy criticados por ciertos sectores, son hoy en día, probablemente, los autores nacionales. Pese a que Israel se considera a sí mismo un país pobre, una parte apreciable de sus recursos en educación va destinada al fomento de la lectura, por ejemplo, mediante el apoyo de las bibliotecas públicas -muy utilizadas- y de las que no se expulsa a los niños; muy al contrarío, un adulto puede dejar a sus hijos en habitaciones a la entrada donde los niños tienen al alcance libros infantiles atractivos con los que pueden hacer lo que deseen, incluido jugar al fútbol: eso les va familiarizando con el libro.

La Feria del Libro de Jerusalén considera importante no ser estrictamente un mercado de derechos, como es la Feria de Francfort, por ejemplo (mil editores asisten a la israelí, 7.000 a la alemana), sino también un foro cultural. En Jerusalén se reúne cada dos años la Asociación Internacional de Editores Jóvenes que, con los años, se ha convertido en un conocido foro profesional de ideas. La feria otorga en cada edición un premio literario que ha ido ganando una reputación internacional (Borges, Sábato, Vargas Llosa, Greene, Kundera, Russell).

En opinión de Birger, los buenos libros corren hoy mayor peligro que antes de no ser descubiertos por los editores, pues hoy la edición está más llena de tecnócratas, más preocupados por la velocidad y el mercado que por los hallazgos y el arte.

"Los árabes e israelíes saben que están condenados a vivir juntos", dice Birger, y varias entidades van promoviendo iniciativas parla preparar a la población en ese futuro. Algunas tuvieron un enorme éxito, como un montaje de Romeo y Julieta donde judíos y árabes representaban a las dos familias enfrentadas.

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