Los saharauis pretenden que un 'grupo de contacto' releve a la ONU para forzar a Rabat a negociar
ENVIADA ESPECIAL Dayton es el sueño, Estados Unidos el mediador y la ONU el ejemplo de ineficacia. Esto resume las pretensiones de la quimérica República Árabe Saharaui Democrática (RASD): que un grupo de contacto, encabezado por EE UU, y en el que participe España, fuerce a Marruecos a negociar la paz, todo ello bajo la supervisión de Washington. La ONU ha demostrado que la tarea supera o su capacidad o su voluntad, según los saharauis. Sobre todo desde que la crisis en Argelia la aprovechó Rabat para olvidar sus compromisos de paz.
La RASD, una república refugiada en una esquina del desierto argelino que reclama el territorio del antiguo Sáhara español, pretende, desde 1991, la celebración de un referéndum de autodeterminación. Deben votar los saharauis, vivan en el territorio en disputa -anexionado por Marruecos porque fue a ese país, y a Mauritania, a quien lo cedió España en los acuerdos de Madrid de noviembre de 1975- o en los campamentos de refugiados de la hamada (desierto de piedras) de Tinduf, en Argelia.El referéndum debía responder a una pregunta: ¿Es el Sáhara occidental marroquí o saharaui? Pero desde 1991, Marruecos y la RASD, con la supervisión de la ONU (de la Misión de Naciones Unidas para el Sáhara occidental, Minurso), no se ponen de acuerdo ni siquiera en quién tiene derecho a votar y quién no. Desde noviembre no se censa a nadie y el último plazo, mil veces prorrogado, de la misión de la ONU concluye el 31 de mayo.
Después de esa fecha caben tres opciones: nuevo aplazamiento, retirada total de la Minurso, y retirada parcial de la ONU, que dejaría en la zona sólo observadores militares. Esta última opción es la que más desagrada a los saharauis. "Deseamos que la ONU se quede si es para imponer el respeto al plan de paz", afirma Mohamed Abdelaziz, presidente de la RASD desde agosto de 1976, tras el fallecimiento del fundador en uno de los combates contra Marruecos. "La retirada, si es ésa su decisión, debe ser total", añade."La paz no vende"
La ONU terminará por irse. Así lo creen algunos funcionarios que trabajan en el cuartel de la Minurso en Tinduf y los dirigentes saharauis. "Marruecos acabará por imponer el fracaso de Naciones Unidas en el Sáhara occidental", sentencia Abdelaziz. Y ambos, Marruecos y la ONU, "deberán compartir la responsabilidad de ese fracaso. Tal es la insistencia con la que Abdelaziz habla de fracaso a un grupo de periodistas, en una sala mal iluminada cerca del campamento donde alojan a los visitantes, que se diría que lo está deseando.
"La paz no vende", afirma uno de los acompañantes por el único campamento que estaba permitido visitar: la wilaya (provincia) de Smara. Los saharauis mantienen que en Smara (la ciudad de ese nombre en el Sáhara occidental) nació su presidente. No figura en el censo de la antigua colonia española y los marroquíes dicen que nació en Marraquech. Este detalle da idea de las dificultades para ponerse de acuerdo en el censo de votantes para un referéndum cada día más lejano.Abdelaziz cree que el referéndum es la mejor solución para el conflicto del Sáhara, pero no la única. Apunta otras tres: negociación, guerra, o guerra y negociación. El esfuerzo de toda la propaganda desplegada, con más voluntad que medios, durante la celebración, del 20º aniversario de la proclamación de la RASD se dirige a convencer de que la última es la, mejor y más probable opción. Cuatro tiros para llamar la atención del mundo y para involucrar a los que mandan en un conflicto olvidado."Para toda negociación hace falta sinceridad entre las partes y la presencia de testigos respetados que aproximen los puntos de vista y garanticen el cumplimiento del resultado", asegura Abdelaziz. Su gente mantiene que la ONU no ha cumplido ese papel de testigo respetado, que Marruecos se pone a sus mediadores por montera, y que Estados Unidos y España, con otros países, compondrían un buen grupo de contacto para forzar esas negociaciones. EE UU por su experiencia reciente de respetado mediador y España como metrópoli que no supo descolonizar el territorio del Sáhara occidental.
La ONU empezó a fallar, a juicio de los saharauis, cuando la crisis interna en Argelia limitó las posibilidades de apoyo de Argel al Polisario. "En 1989, Hassan II dijo que quería resolver el problema. En 1991, Marruecos firmó el plan de paz. Después cambió de actitud por la debilidad de Argelia", afirma Abdelaziz. Argel, en todo caso, sigue siendo el principal apoyo de los saharauis. Viven en territorio argelino y sus armas difícilmente pueden venir de otro lugar... Hasta el agua embotellada es argelina.
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