El palacio de Buckingham enseña los dibujos más personales de Leonardo da Vinci

Un centenar de dibujos de Leonardo da Vinci, de temática variada y cronología extensa, se exponen desde esta semana en la Galería de la Reina del palacio de Buckingham, en Londres. La colección completa tiene 600 dibujos y manuscritos. Una oportunidad única para estudiar y disfrutar de la obra más personal del genio italiano. Leonardo da Vinci (1.452-1519) conservó hasta su muerte su extensa colección de dibujos y manuscritos. Formaban parte de los trabajos preparatorios para sus grandes proyectos pictóricos y arquitectónicos, la mayoría (le los cuales dejó inconclusos, pero eran, principalmente, el conducto visual de una imaginación inquieta y grandes ansias de conocimiento.

"Los dibujos eran un material de estudio que Leonardo no quiso mostrar al público durante su vida. Es una obra muy personal e íntima que nos permite, hoy en día, comprender el monto global de su obra y descubrir aspectos de su personalidad", explica Theresa-Mary Morton, responsable de la colección real de la Corona británica.Los bocetos de fibras, músculos, huesos e, incluso, de fetos humanos, así como los apuntes sobre perspectiva y luz, que se exhiben en Londres, documentan el interés de Leonardo por elaborar sendos tratados en anatomía y pintura. Anatomía del hombro derecho o Un estudio de la caída de la luz en una cara suponen un esfuerzo minucioso en técnica y creatividad. Y, como sugiere Morton, las series demuestran que "el artista estaba siempre cuestionándose a sí mismo y buscando la perfección".

El biógrafo Paolo Giovo in forma que Leonardo "diseccionó cuerpos de criminales en las escuelas de medicina". Y el propio artista admite en sus notas que examinó "más de treinta" cadáveres a lo largo de su vida.

La muestra de 100 dibujos está estructurada por etapas cronológicas que coinciden con diversos escenarios: Florencia hasta 1481; Milán has 1500; vuelta a Florencia; en Milán y Roma entre 1508 y 1516; y sus dos últimos años de vida en Francia. Intercaladas entre estas fases destacan los mapas de diversas regiones italianas y los planos de la ciudad de Ímola, al sur de Boloña, que Leonardo realizó a principios del siglo XIX y que han sido restaura dos recientemente.La temática abarca desde detalles de figuras humanas y de animales hasta ropajes y proyectos arquitectónicos en un esfuerzo del comisario de la exposición por demostrar que "Leonardo se adelantó a su tiempo en cuanto a conocimiento se refiere". De reducidas dimensiones y exquisita fragilidad, estos objetos artísticos rara vez salen de la biblioteca del castillo de Windsor. Propiedad de la familia real británica, la colección completa comprende un total de 600 dibujos y manuscritos de Leonardo. Un segundo volumen, que sobrevivió el paso de los tiempos, se conserva en la Biblioteca Ambrosiana de Milán.

Piezas menos conocidas

Al seleccionar la presente muestra, sus responsables han entresacado las obras menos conocidas como mapas, estudios de caballos para el monumento a Francesco Sforza, o los perfiles de figuras grotescas. Pero se puede apreciar también sus famosos bocetos sobre La última cena y, entre otros ejemplos, La cabeza de Leda.

La serie completa de La última cena se expuso en Barcelona en 1984 y, tres años más tarde, se exhibieron los estudios de naturaleza de Leonardo en las dos principales capitales españolas. Curiosamente, la colección británica podría residir hoy en el Museo del Prado porque, según los documentos de la época, este conjunto de dibujos salió a subasta en Madrid en 1609.

Morton advierte que la exposición, abierta al público hasta enero de 1997, supone una "ocasión única" para observar la técnica, estilo y ansias de experimentación del maestro italiano. Han pasado cerca de 15 años desde la última muestra de Leonardo en Londres y, quizá, haya que esperar unas cuantas décadas más para poder apreciar de nuevo este frágil tesoro.