Los científicos no encuentran interlocutores en el PP
El Partido Popular no se ha manifestado en esta campaña sobre temas científicos concretos, y los investigadores españoles que en los últimos meses han intentado comentar su visión de los asuntos relacionados con la ciencia básica y aplicada se han encontrado prácticamente sin interlocutores en el partido. Los populares descienden a pocos detalles en su programa, pero sí afirman que piensan llegar a dedicar, "en un futuro próximo", el 2% del PIB a investigación y desarrollo, una cifra homologa ble a la media europea y muy distante de la actual, en tomo a un 0,9%.Sin embargo, el, al parecer, único hombre de ciencia del Partido Popular, el veterano eurodiputado y ex ministro de Educación y Ciencia Carlos Robles, Piquer, ha admitido que este porcentaje no se alcanzaría hasta la segunda legislatura, ya que durante la primera se fijaría corno meta el 1,3%, y siempre si las circunstancias económicas lo permiten. Esta cifra es parecida a la que el PSOE admite como máximo ritmo posible de crecimiento en los próximos cuatro años, dada la situación y tamaño del sistema español de ciencia y tecnología. En los últimos cinco años, el dinero para la ciencia se ha congelado prácticamente, tras el gran impulso dado por los Gobiernos del PSOE mediada la década de los ochenta.Continuismo
Según Robles Piquer, el sistema actual de ciencia y tecnología es suficiente para el PP, por lo que la política en este campo será continuista. Se realizará una valoración "serena" de la Ley de la Ciencia (de 1986) y de su instrumento, el Plan Nacional de Investigación y Desarrollo, que va por su tercera edición, y se mantendrán, con un mayor rango no especificado, la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología y la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva.
Donde más batalla quiere presentar el PP es en aumentar la inversión privada en investigación, un campo en el que ha fracasado el PSOE, a pesar de intentar últimamente primar la investigación aplicada sobre la básica, algo sobre lo que han alertado prestigiosos científicos. De hecho, de ese 2% del PIB que se dedicaría a ciencia y tecnología, la mitad tendría que corresponder a la empresa privada.
Ni PP ni PSOE quieren entrar en los problemas que, según el biólogo Antonio García Bellido, reciente premio nacional de investigación, son los más acuciantes. En la actualidad hay una grave falta de puestos de trabajo para un gran número de doctores formados en los últimos años en el extranjero gracias a becas públicas. No pueden volver a España porque sus puestos han sido copados por personas menos preparadas debido a unos criterios endogámicos exacerbados por la ley de autonomía universitaria y los provincianismos autonómicos.
Y además, detrás está el problema básico: la condición de funcionarios de los investigadores del sector público, a diferencia de la carrera científica con diferentes, contratos y categorías imperante en la mayoría de los países desarrollados. Una inversión perdida que lleva a la mediocridad del sistema; según los expertos.
Convergencia i Unió coincide con el PP en dar mayor protagonismo al sector empresarial en la investigación, y en marchar hacia el horizonte del 2% del PIB, pero también quiere limitar el modelo de competencias que fija la Ley de la Ciencia en favor de un modelo de mayor cooperación entre comunidades autónomas y gobierno central, reducir la carga impositiva para las actividades de I + D y descentralizar el sistema público de investigación, informa Xavier Pujol. Insiste CiU en su deseo de que las autonomías asuman las competencias sobre los centros del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), un pleito que ya perdió en los tribunales, mediante la "modificación de las normas jurídicas fundacionales del CSIC".
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