Trastienda de campaña
Los líderes políticos utilizan diferentes apoyos en su gira de mítines
Felipe González prefiere viajar solo. A José María Aznar le gusta estar acompañado; por eso tiene a su lado a Ana, su esposa. Y Julio Anguita, opta por no dejar nada en el aire y se rodea de asesores. Son las diferentes maneras que los líderes tienen de afrontar la campana electoral.No prepara los discursos, menos aún lleva notas. Todo lo tiene en la cabeza. Felipe González ha diseñado a su manera la campaña. La ex ministra Rosa Conde y Cipriá Ciscar, secretario de Organización del PSOE, le asesoran; pero el presidente siempre está dispuesto a salirse del programa. Viaja con la sola compañía de sus escoltas -ya amigos después de tantos años- y lo hace en un avión privado que paga el PSOE. A pie de escalerilla le esperan los representantes socialistas de cada ciudad. González llega con el tiempo justo. Cruza unas palabras con los organizadores y se sube al estrado. La novedad este año es que siempre viste traje, y que ha abandonado las cazadoras de otras campañas. Una hora es la media de sus intervenciones. Helga Soto, que desde hace años forma parte del equipo electoral del presidente, revela algunos secretos: no se somete a ninguna revisión médica antes de comenzar los viajes, ni toma vitaminas para aguantar el esfuerzo. "Eso sí", dice, "como suda mucho, al final de la campaña suele haber adelgazado bastante". De momento ha bajado seis kilos.Todavía Helga Soto recuerda cuando en un viaje por Canarias, en 1993, llegaron a pensar que era el último. "Teníamos que aterrizar en una isla, no recuerdo cuál. La visibilidad era nula. Pero se decidió aterrizar. El problema era encontrar la pista. Todos nos pusimos a mirar por la ventanilla. Hasta que Felipe gritó: '¡allí!'. Y el comandante, aliviado, bromeó: 'Está bien que sea un hombre de Estado, pero que también encuentre la pista antes, que yo...".Aznar y González coinciden en que ambos regresan cada noche a dormir a sus casas. Ana Botella acompaña a su marido, el presidente del PP, en todos los viajes. Su trabajo se limita a saludar al entrar y al salir en los mítines. Pero su presencia también logra votos. En Palma de Mallorca se comprobó. En esa ocasión Ana llegó antes y el recinto se vino abajo en aplausos, tantos o más que los que recibió su esposo minutos después. Antonio Cámara, jefe de gabinete de Aznar, y Miguel Ángel Rodríguez, responsable de Comunicación, prensa, también se suben al reactor de siete plazas alquilado por el PP. En el mitin, Rodríguez le indicará el momento en que está en directo en algún canal televisivo. Cuando el botón verde se ilumina en el atril, Aznar sigue el guión para ese caso. Y si tiene que alargar el discurso para llegar al telediario, lo alarga. Los viajes no rompen la dieta de Aznar. Intenta no mezclar hidratos con proteínas, pata estar en forma. Porque ahora sólo juega al pádel-tenis una vez a la semana. Eso sí, se sube a la bicicleta estática de su casa un rato cada mañana. No toma café pero se fuma un puro de vez en cuando.Julio Anguita también tiene ciudado con las comidas. Desde que sufrió un infarto hace casi tres años, los médicos le hacen llevar una dieta. Pero Anguita tiene más pánico a los aviones, y por eso viaja en coche con sus escoltas (su compañera también le siguió una semana). Sólo tomó un tren para regresar de Barcelona. Por eso para él la campaña es más dura. Cuatro expertos le acompañan estos días: uno de imagen, un abogado, un economista y un jefe de prensa. El que más trabajo tiene es el economista. El abogado recibe alguna tarea de vez en cuando. Pero el de imagen sufre en silencio. Basta que aconseje a Anguita que no se ponga una camisa azulona, para que no cambie de tono en varios días.
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