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Elecciones 3 de marzo

Felipe González acusa a Aznar de utilizar el terrorismo como arma política

Luis R. Aizpeolea

Felipe González llegó ayer a una Euskadi atormentada y desconcertada por la escalada terrorista de ETA. Los beltzas [agentes especiales de la Ertzaintza] protegían el Pabellón de la Casilla, mientras Herri Batasuna (HB) convocaba una manifestación en el casco viejo bilbaíno, no muy lejos del recinto donde se celebraba el mitin. Fue un mitin dramático, y a ratos adquirió tonos gruesos. González aseguró que José María Aznar utiliza el terrorismo como arma política contra el Gobierno. El presidente también advirtió que no permitirá que el grupo que apoya a ETA quede impune.

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Fue un mitin casi coral que rompió la tónica general de la campaña. El protagonismo absoluto de González en otros mítines se vio limitado por la intervención de los líderes políticos vascos. Se mezcló el dramatismo con la emoción y, en algunos casos, con la dureza contra el PP e Izquierda Unida. El terrorismo se convirtió en tema obsesivo, hasta que llegó González y recuperó el guión normal después de asegurar que se comprometía a no dejar en la impunidad al "grupo de fascistas que hacen la guerra contra la libertad".Enrique Múgica, cuyo hermano Fernando fue asesinado hace sólo 16 días por ETA, levantó de los asientos a los asistentes sólo con. su presencia. Muy emotivo, evocó las recientes manifestaciones antiterroristas de San Sebastián y Madrid. Dijo que estas protestas no estaban dirigidas a los terroristas, porque "su corazón está seco", sino a los demócratas, para que "el peso de la ley caiga implacable sobre los terroristas y sus colaboradores dentro del respeto al ordenamiento constitucional".

La firme serenidad de Múgica dio paso a la dureza de Nicolás Redondo Terreros. El líder socialista vizcaíno culpó directamente a Izquierda Unida y al PP de haber fortalecido a HB y a ETA por la "demagogia derrochada durante año y medio".

Los que fijan el blanco

Txiki Benegas, presidente del PSE-PSOE, también tomó esta bandera. "Algo funciona mal en España cuando los que luchan contra ETA tienen procesos judiciales pendientes, y los que apoyan a los terroristas han tenido libertad, al menos hasta hoy". Benegas defendió la ofensiva política y judicial contra el entorno de ETA, al que acusó: "Aquí se calientan motores todos los días para fijar el blanco".

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Fue Ramón Jáuregui, el secretario general del PSE, el que presentó la más cruda realidad de Euskadi. Lo hizo en forma de carta al secretario de las Juventudes Socialistas, Mike1 Torres.

Jáuregui comparó la situación de la Alemania nazi de los años treinta con la Euskadi actual, al hiló del poema de Bertolt Brecht, en el que atribuía a la dejación de la sociedad el auge del nazismo. "¿Cómo ha sido posible esta locura?", se preguntaba Brecht. "¿Cómo es posible que haya habido 900 muertos [a manos de ETA] con un autogobierno que nunca habían soñado los nacionalistas?", se preguntó ayer Jáuregui.

No hurtó dramatismo. "¿No es hora que nos preguntemos qué hemos hecho mal?". "Todo el pueblo vasco está amenazado y quieren secuestrar nuestra libertad". "Hay fascismo en las aulas, en el trabajo, hasta en la familia". "El problema del terrorismo es un problema de los vascos, no de los vascos con España".

El secretario general del PSE no ocultó su pesimismo. "La lucha va a ser dura y larga, y tiene un precio que hay que estar dispuestos a pagar". Terminó con un llamamiento a la movilización social contra el fascismo de ETA y su cobertura política.

González expresó su compromiso de impedir que quede en la impunidad la actividad del entorno de ETA. Atacó duramente a Aznar por haber manifestado en Palma ole Mallorca que si había habido una gran manifestación antiterrorista era porque había fracasado el Gobierno en la lucha contra ETA. Fue rotundo: "Un responsable político no utiliza el terrorismo para dividir a los demócratas y dar aliento a los terroristas".

Pero a continuación dio un quiebro al mitin. No quiso hablar más de terrorismo. Quizás porque constató que allí estaba quedando un poso de tristeza. Y lo dijo abiertamente. Entonces, tomó prestada una cita del ex presidente del Gobierno alemán Willy Brandt -"no nos vencerán las dificultades, sino nuestra propia resignación"- y trató de animar a sus seguidores.

"Las cosas están cambiando"

Aseguró que el panorama electoral estaba cambiando y que se estaba produciendo un movimiento similar a los días anteriores al 6 de junio de 1993, fecha de celebración de los últimos comicios generales, en los que los socialistas dieron un vuelco final. "Mi olfato y algo más me dicen que las cosas están cambiando, porque la gente no quiere un Gobierno de derechas". Muy animado por el mitin que tuvo en Barcelona con 10.000 sindicalistas la víspera, manifestó: "Se pueden llevar un susto morrocotudo el día 3".

A continuación desgranó su guión habitual sobre la defensa del Estado de bienestar y el riesgo de su desmantelamiento por una victoria del PP. A este discurso añadió en Bilbao un nuevo ingrediente: la reivindicación del Estado de las autonomías. Aprovechó la plaza vasca para lanzar un nuevo ataque a Aznar. Le responsabilizó de estimular el enfrentamiento entre los territorios "por un puñado de votos", en referencia a los conflictos que el PP ha mantenido con la Generalitat catalana. "Lo ha hecho por un puñado de votos. No son dignos de gobernar España".

En la ciudad sevilla de Écija, Narcís Serra también arremetió ayer contra Aznar: "No entendió nada de la manifestación antiterrorista de Madrid". El candidato socialista por Barcelona añadió: "Aznar estuvo en una manifiestación a la que acudió un millón de ciudadanos que con su presencia querían decir que los demócratas debemos estar unidos y sin fisuras frente a los terroristas. Y no fue capaz de entender ni siquiera eso tan sencillo".

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