La desaparición del voto cautivo
Llevo varios días buscando en vano en el quiosco. Noto como un vacío nacional-semiótico, como una dolorosa amputación en el casticismo mediático, como si Carmen Sevilla ya no anunciase el cupón de la ONCE y Encarna Sánchez dejase de combatir la alopecia, la caspa y otros males de la patria. Busco y rebusco y no la encuentro. La portada. La famosa portada. La imprescindible portada del Abc sobre el voto cautivo. El Único cautivo que ahora detectan es Antonio Banderas, ese pobre jornalero vendido al PSOE por un jamón.. Ha ocurrido una revolución liberal en Andalucía, han roto sus cadenas los campesinos cautivos del subsidio, se han redimido los peones del yugo de la burocracia social comunista, y aquí nadie se ha tomado la molestia de informarnos, de contamos en directo estos diez días que estremecieron el mundo felipista. ¿Dónde están los John Reed de la derecha? Jiménez Losantos escribió La dictadura silenciosa y ahora tenía a huevo la segunda parte, la de La caída silenciosa. Tanto tiempo esperando la emancipación andalusí, la rebelión de las masas cameladas, el derrumbe del sátrapa bético, y cuando finalmente sucede no aparece ni en la sección de, esquelas.
El voto cautivo ha desaparecido de Andalucía. Los algo más de 220.000 trabajadores del campo que cobran un subsidio han recuperado súbitamente su honorabilidad de electores libres. Los acogidos al Plan de Empleo Rural ya no son prisioneros del efecto Pavlov, el que lleva a comer de la mano del amo. ¿Qué ha pasado en Andalucía? ¿Se han emocionado,de repente los jornaleros con la mano negra de Friederich von Hayek, el anarcocapitalista que proclama que el Estado es un robo? ¿Se han pasado en masa de Karl Marx a Karl Popper? ¿Se han hecho todos suscriptores del entrañable Journal?. Pues no exactamente. Sucede que, por vez primera en la historia de esta democracia, las encuestas le dan la victoria, o al menos el empate, al Partido Popular en Andalucía. Y el PP, por supuesto, mantiene en su programa el PER y el subsidio a los parados del campo. Las denostadas albardas del pasado felipista, instrumentos de pereza y control, son elogiadas hoy como aspirinas necesarias para la paz social.
Liberada por fin Andalucía, es de esperar que los tutores de la sociedad abierta fijen ahora su atención en otras latitudes. Por ejemplo, Lugo. Curioso territorio para la entomología política. De los cuatro diputados en juego, el Partido Popular tiene asegurados tres y hasta duda si merendarse el cuarto. En proporción de votos, Lugo es el hórreo más nutrido del granero popular. De los 67 municipios de la provincia, en 56 gobierna el PP con mayoría absoluta. La única excepción reseñable es Mondoñedo, con un joven alcalde socialista, lo que dice mucho del valor de los paisanos, pues el obispo de la diócesis es nada más y nada menos que monseñor Gea Escolano.
¿Supone ese absoluto dominio del Partido Popular que en estas hermosas tierras se está experimentando desde hace años un nuevo modelo de crecimiento económico y que existe una relación no clientelar entre el político y su electorado? En realidad, Lugo es la, provincia más subsidiada de España y el régimen político dominante bien podría ser definido como cacharro-leninismo. Francisco Cacharro, señor popular, controla hasta el espacio aéreo. Por controlar, hasta parece que controla la lista del PSOE, que es un desastre. Creo que va a ser portada en Abc.
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