Oliver Stone, entre la empatía y la creación

El director cínematográfico norteamericano Oliver Stone declaró anoche en Berlín, donde se estrenó en Europa su película Nixon, que esta obra es "una mezcla de hecho e intuición" y reconoce haber sentido empatía por el personaje, debido al trabajo de tratar de introducirse en su personalidad. Stone llenó hasta los topes la sala de prensa de la Berlinale y la primera pregunta fue la ya tópica sobre su reacción ante la candidatura para cuatro oscars, que al director, cómo no, le alegran, le honran y llenan de orgullo.Utilizó Stone el concepto de empatía, en el sentido de identificación con el personaje: "No puedo decir que me guste. Siento empatía por él, al meterme en su personalidad, sentir los sufrimientos de su niñez, con la muerte de sus dos hermanos". En otro momento insistió en la empatía con ese hombre, que atraviesa por pérdidas, paranoia, envidia y celos, tal como aparece Nixon caracterizado en la película. Después sacó a relucir algo que haría las delicias de un freudiano, al explicar que encontré, ciertos paralelismos entre el carácter de Nixon y el de su padre: terco, duro y aferrado a su derecho.

El punto crítico de la película salió a relucir cuando reconoció Stone que muchos de los hechos narrados; transcurrieron a puerta cerrada y en ese terreno tiene que dar rienda suelta a la suposición, a base de "una mezcla de hechos e intuición". Rechaza Stone que se le califique de historiador y dice que éstos tienen todavía la asignatura pendiente de reflejar la década esa en que John Kennedy, tema de su anterior película, y Nixon marcaron la vida de Estados Unidos. Se ampara Stone en el derecho a la libertad de expresión para presentar unos hechos que pueden no ser exactos, porque son contradictorios. Tras las dos películas sobre estos dos personajes, Stone rechaza la posibilidad de hacer una tercera sobre otro presidente de Estados Unidos..

Sobre la actuación de Hopkins dijo Stone que se metió en el personaje y le dio todo el calor para reflejar lo que pasaba por el alma de Nixon y lograr "un gran retrato". "Nunca vi a nadie que se introdujera tanto en el papel", añadió.

No admite Stone que se presente una caricatura de personaje con Kissinger, "creo que se logra. una interesante mezcla, con aspectos negativos,, pero es una figura interesante con un papel decisivo, porque fue él quien desencadenó el Watergate. El se siente! como un héroe y ha atacado la, película, pero no conocemos del todo el papel que representó en el caso. Ignoramos si se trata de un maquiavelo, un asesino o un genio". Tampoco ve relación Stone entre su experiencia como combatiente en la guerra de Vietnam y su trabajo como realizador de Nixon, "se trata de algo mucho más profundo", relacionado con el panorama político de Estados Unidos en esos años en que Nixon, desde que ocupó la vicepresidencia con Eisenhower, intervino en la política del país.

Menciona Stone la historia secreta de esos tiempos y alude a los golpes de Estado provocados en Guatemala, el asesinato de Lumunba en el Congo y sigue la enumeración. La reacción de los afectados ante la película no se hizo esperar: "Me atacan de antinorteamericano", pero esto lo considera Stone comprensible, porque, en definitiva, "cada uno defiende su parcela en el territorio de la historia".