Todo queda en casa
Aznar no tenía ninguna necesidad de decir que sí los GAL hubiesen sido un éxito otro gallo nos cantara, pero lanzó el anzuelo a ver qué sucedía y aquí estamos mordisqueando compulsivamente la carnaza. Nos gustan los cebos sibilinos, curiles, ambiguos, qué le vamos a hacer. Por eso dedicamos siempre tanto espacio a los comunicados de la Conferencia Episconal. A Aznar le cabe en la cabeza una conferencia episcopal como a Fraga le cabe todo el Estado de excepción. Así que, del mismo modo que nos hemos quedado sin saber si los católicos pueden hacerlo en Francia con preservativo, ahora mismo no estamos seguros de si los GAL pecaron dos veces, una por existir y otra por fracasar, o si en la penitencia de haber tenido éxito habrían purgado el pecado de ser. Pura teología. Aznar ha decidido que en lugar de una campaña va a hacer una conferencia episcopal del mismo modo que los obispos en lugar de una conferencia episcopal están haciendo, una campaña. Al final, todo queda en casa.Vean, si no, otra muestra de pellizco monjil: no entiende el candidato del PP que el PSOE haya tardado trece años en encontrar pruebas para demostrar que HB era el brazo político de ETA. Los feligreses no entendemos por qué el PP, que las tenía, no las llevó al Congreso, al juez, a los periódicos, al Pentágono, al Tribunal de Estrasburgo. ¿Por qué, han estado trece años mordiéndose la lengua con los cajones llenos de evidencias? Algo sucede por debajo de lo que sucede, pero no damos con ello. Lo cierto es que como la campaña siga así ganan las elecciones Herri Batasuna por un lado y la Conferencia Episcopal por otro. Y las Iberdrolas, claro, que son unos seres diminutos que aparecen religiosamente en las páginas de Bolsa, sección Gas / Electricidad, y cuyo presidente, don Íñigo de Oriol y Urquijo, se declaró bastante satisfecho por el programa económico del PP a la salida de un mitin de José María.
Y mientras monseñor Aznar reparte una visceralidad moderada, episcopal y ambigua en las catedrales de los pabellones deportivos, los monaguillos enredan en las sacristías de las televisiones privadas. Así, Rato, en Antena 3, impidió absolutamente que el debate con Borrell y Francesc Frutos alcanzara el nivel de racionalidad propio no ya de un homo sapiens, sino de un neandental con inquietudes. Utilizó todas las marrullerías que el rostro magullado del PSOE le permitió y lo hizo con la eficacia de un boxeador sin escrúpulos cuyo guante busca la ceja ensangrentada del adversario. Lo malo es que Borrell tenía la ceja fatal, porque no cuadran los éxitos de su partido, que recontaba obsesivamente, con la situación que padecemos.
Total, que sigue ganando a los puntos el Partido Popular, pero es que el enemigo ayuda mucho con esos videoclips terroríficos, de España en Positivo. Por si fuera poco, los obispos han decidido echar una mano, y el PSOE, que anda sonado, les privatiza Argentaria para que tengan menos trabajo cuando lleguen. Diez muertos por ébola en Gabón y elecciones anticipadas en Italia. Buenos días.
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