"La vida está llena de absurdidades"
Cuando se pone a escribir, Tom Sharpe se fía de su instinto. lmagina un personaje que dé juego (Wilt, por ejemplo, harto de intentar enseñar literatura a los bestias del grupo Carne Uno), lo suelta y se limita a seguirlo. "Cuando empiezo, no tengo ni idea de qué pasará, ya que no escribo con una trama preconcebida", explica. Y añade con humor: "Es la mejor motivación que tengo para acabar la novela, ya que no hay manera de saber cómo acaba hasta que llego al final"."Mis personajes reflexiona, "son siempre bienintencionados, pero acaban inmersos en un caos que los desborda, en un mundo en el que suceden los hechos más absurdos". "Y es que la vida", sentencia, "está llena de absurdidades".Sharpe bromea acerca de algunos personajes del hotel donde se aloja. Una pareja que discute, unos universitrarios enfrascados en una sesión de trabajo. "Seguro que discuten de dinero", comenta en voz baja con una sonrisa. Al preguntarle si en sus libros se inspira en personajes reales, responde: "En absoluto. Me gusta observar a la gente, pero hay que dejar reposar lo que ves. Primero hay que digerir los personajes y quizás, al cabo de un tiempo, surgirán de un modo distinto en mis libros. En todo caso, tengo claro que mi terreno es el de la fantasía".
Repuesto ya de un ataque al corazón que le dio un buen susto hace 10 años, Sharpe ha reencontrado el gusto de escribir. "Nunca he dejado de hacerlo en este periodo", explica, "pero hasta el pasado año no puse el punto final a dos novelas, Lo peor de cada casa y Granchester Grind. Empecé algo con Wilt como protagonista, pero paré porque tenía la sensación de que ya lo conocía demasiado. He escrito tres libros con este personaje y prefiero trabaJar con otros. Si en Granchester Grind retomé algunos personajes de Zafarrancho en Cambridge fue porque les tengo cariño. Skullion, por ejemplo, está muy bien".
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.