Jodie Foster señala a Hollywood como uno de los bastiones liberales de Estados Unidos
La actriz estrena su segunda película como directora, una comedia sobre la familia
"Los tiempos están cambiando mucho en el cine americano. Y si hay un sector liberal en América, ése es el de la industria del cine. Allí la gente es muy generosa y con la mente abierta". Frente a la extendida idea de una industria tomada por ejecutivos ajenos a la creación, la actriz Jodie Foster se aferra al gran ideal de Hollywood como uno de los reductos de libertad en Estados Unidos. "Se hacen 500 películas al año y, desgraciadamente, lo que se exporta quizá no sea. lo mejor" añade la actriz, de 33 años, que ayer presentó en Madrid su segunda película como. directora, A casa por vacaciones, protagonizada por Holly Hunter y en la que uno de los principales personajes es homosexual.
Licenciada por Yale, modelo y actriz desde muy pequeña -era la niña del anuncio de Coppertone- ganadora de dos oscars, directora de cine. No sería difícil explicar, con semejante trayectoria, el magnetismo de Jodie Foster. Pero a ello se añaden unos ojos de un azul intensísimo, el toque francés -introduce en la conversación palabras como tableau- y una sutil elegancia andrógina, de traje pantalón gris y zapatos de charol en blanco y negro. Recostada en el sofá de un salón del hotel Ritz, con la luz invernal a sus espaldas, ayer tarde daba una imagen de belleza serena de los años cincuenta. 'La película que ha dirigido, que se estrena en España el próximo día 23, trata de las neurosis en una familia de los noventa y va acompañada por el sugerente subtítulo: "Si ya tienes a tu familia, ¿para qué necesitas enemigos?" Uno de los personajes, el de Robert Downey Jr, es un gay que se ha casado con otro hombre. El nombre de Jodie Foster ha aparecido en listas de estrellas con inclinaciones homosexuales. Y cuando recibió el Oscar por El silencio de los corderos, los radicales gay gritaron su nombre, en la calle.
"La vida es complicada, y A casa por vacaciones es una película sobre gente complicada que a menudo es muy ambivalente y ambigua", declara. Lo que a la directora y actriz le parece interesante sobre el personaje gay de su película es que no es determinante que lo sea. "No es lo único en él. Es también hermano, amigo, bromista, tiene una relación maravillosa con su hermana... Su sexualidad es sólo un punto más de su identidad. No es su identidad. Creo que esto es lo que diferencia a este personaje de la mayoría de los que salen así de Hollywood, donde generalmente el personaje gay es el personaje gay".
Foster dice haber crecido como directora con esta película compleja. "Adoro la primera que hice [El pequeño Tatel ]", declara pero es un poco inmadura, aunque quizá no sea ésta la palabra adecuada porque es la historia de un niño de ocho años que recuerda su vida cuando tenía siete. Por eso, lo ve todo en blanco y negro y, en su memoria, los personajes responden a esquemas y categorías. Esta vez quería hacer una película donde la vida de todos perteneciera al mismo tejido, a un tapiz extraño y neurótico donde nada tiene una respuesta fácil".La actriz asegura que nunca ha sido tan feliz como dirigiendo esta película. Basada en un relato de Chris Radant, Foster también es coproductora de A casa por vacaciones. "Quería hacer algo con mucha libertad, frescura y espontaneidad", afirma, "que estuviera entretejido como una gran alfombra. Y quise contratar a actores que se divirtieran con ello, saliendo a escena, moviéndose por los decorados e incluso cambiando sus actuaciones de acuerdo con lo que sintieran con sus personajes".La actriz y directora aclara que vive de su primer oficio, pero que prefiere el segundo. "Creo que la dirección es el mayor trabajo de la industria", dice. "Me encanta. Hay mucha gente a la que no le gusta tanta responsabilidad, el tener que contestar a todas las preguntas. Yo creo que permite crear un universo completo, un completo tableau. Puedes ver cómo se mueven las cosas y adónde se dirige la historia. A mí esto me quita por completo el estrés. Sin embargo, como actriz sólo puedes hacer una cosa, y sabes que puedes ser cortada, o que finalmente todo se reduzca a la imagen de la película, o que esto será usado y aquello no. Esto me parece mucho más estresante. Actuar es cien veces más cansado que dirigir. Y Holly Hunter dice lo mismo. Quizá es por la intensidad. Yo me concentro totalmente cuando actúo, y al final del día apenas puedo hablar".
Babelia
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