El Papa denuncia la corrupción ante un millón de fieles al abandonar Venezuela

En su última jornada de visita pastoral, con una misa en el aeropuerto de Caracas, el papa Juan Pablo II demostró estar bien informado de lo que ocurre en Venezuela al denunciar "el materialismo, la violencia y la corrupción" y proponer el ejemplo del Evangelio para renovar la sociedad venezolana y superar así la crisis y las dificultades que actualmente la agobian. Más de un millón de creyentes acudieron ayer al multitudinario sermón del Papa, que a sus 76 años cumple holgadamente sus agotadoras jornadas pastorales.

En el encuentro del teatro Teresa Carreño el Papa fue claro con una audiencia de profesionales, intelectuales, políticos y miembros del Gobierno venezolano. Dijo que "el proceso de empobrecimiento material conduce muchas veces a un empobrecimiento moral y espritual de las personas".- Añadió que "la grave crisis- económica está afectando duramente a la clase media y baja, aumentando de forma dramática la pobreza hasta hacerla desembocar en muchos casos en auténtica miseria".Uno de los actos más espectaculares de estos días, la misa ante el retén (penal) de Catia, considerado uno de los más peligrosos del mundo, ha terminado en agria polémica. Familiares de los presos, presuntos destinatarios del gesto papal, denunciaron al diario El Nacional que las personas que siguieron el acto desde las ventanas enrejadas no eran presos, sino policías.. Néstor López, director del penal, confirmó indirectamente los hechos al decir que la totalidad de la población reclusa siguió el acto por televisión.

El Papa constató durante su estancia, y así lo expresó ayer en su última jornada, que en Venezuela "se han debilitado aspectos fundamentales como el aprecio a la verdad, la práctica de la solidaridad, la responsabilidad en la búsqueda y cultivo del bien común y la solidez de la institución familiar"

Para, el Pontífice, la solución a todos esos males está en el amor. "Quiero alentar a todos los venezolanos e infundir esperanza en la edificación de una sociedad nueva, basada en la cultura de la vida y de la solidaridad". E hizo una propuesta de contenido político: "La toma de conciencia de las propias limitaciones es el paso indispensable para la recuperación. ( ... ) Las experiencias negativas han de servir para no repetir los errores".

Como su visita estuvo precedida por una serie de protestas estudiantiles y laborales por la subida de los precios y reclamos salariales, el Papa recordó a Ios trabajadores y empresarios la responsabilidad que tienen de asegurar una producción que satisfaga adecuadamente las necesidades básicas, manteniendo unas relaciones laborales que conjuguen los propios intereses con el espíritu solidario y las exigencias ecológicas de las actuales y futuras generaciones".