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Alfaro y Arroyo debaten sobre la Bienal y las ferias

El escultor Andreu Alfaro y el pintor Eduardo Arroyo, representantes e España en a última Bienal de Venecia, junto con Fernando Huici, comisario del pabellón español, y el crítico Francisco Calvo Serraller, participaron ayer en una tertulia de Crisol, en Madrid, sobre la Bienal italiana. El acto formó parte del programa cultural de Arco.Fernando Huici razonó la elección de los artistas españoles, en el marco del Centenario de la Bienal, como plataforma de reflexión desde la que hacer balance de un siglo de creación, contemporánea. Las trayectorias recientes de Alfaro y Arroyo encarnan, a su juicio, un balance crítico de la herencia de lenguaje de la vanguardia, en una lectura que, además, cobra una particular importancia la representación de la figura humana, tema propuesto por el comisario de la Bienal, Jean Clair, para su balance del siglo, bajo el lema de Identidad y alteridad.

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La fotografía se sale de la cámara

Para el escultor Alfaro, la bienal tuvo la virtud de suscitar una gran polémica. En relación a su trabajo, se mostró satisfecho por el cambio de la imagen del pabellón, que ha eliminado de la fachada elementos que aún evocaban el régimen anterior. Arroyo vinculó su reencuentro con Venecia con la relación vívida con la ciudad hace dos décadas cuando, como integrante del comité organizador de la Bienal, consiguió cerrar el Pabellón que había sido un escaparate de la dictadura e impulsar la muestra España, vanguardia artística y realidad social, como contestación a la política artística del régimen franquista.

Calvo Serraller evocó la historia del certamen y señaló la gran crisis que el certamen sufre a raíz de su contestación en el 68, para resurgir con la euforia de los años ochenta.Manipulación

Ya dentro del coloquio, ante la pregunta de si las crisis vividas por certámenes como la Bienal se debían, antes que a los artistas, a la manipulación de críticos y comisarios, Alfaro reivindicó el derecho del creador a asumir, cuando menos, sus propios pecados. Arroyo recordó que ningún artista participa obligado en una Bienal.

Sobre la feria de Arco, donde ambos artistas muestran, en la galería Gamarra, parte de las obras que presentaron en Venecia, se planteó la oportunidad de los actos culturales en la feria. Para Calvo Serraller, su extraordinario crecimiento responde a una vocación de cursilería, entendida como la ambición de parecer lo que no se es, y busca enmascarar las carencias de una feria que nace en un país sin tradición alguna de coleccionismo artístico.

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