José Luis Sampedro desvela su proceso de creación en 'La escritura necesaria'

A punto de cumplir los 80 años, José Luis Sampedro mantiene los mismos hábitos que cuando era estudiante y preparaba oposiciones a Aduanas: "Durante 33 años me he levantado a las cinco de la madrugada para escribir antes de ir a la oficina; ahora me levanto un poco más tarde, pero soy incapaz de mantenerme en la cama cuando se me empiezan a ocurrir cosas" aseguraba ayer el escritor antes de la presentación de La escritura necesaria, la obra de Gloria Palacios, su colaboradora durante ocho años, en la que Sampedro repasa su biografía y su literatura.

La autora de La escritura necesaria (Siruela) dejó en manos de Almudena Grandes, Luis Landero y José Luis Sampedro la presentación del libro. Palacios, que ha trabajado durante dos años en la elaboración de la obra, prefirió no dar la cara ante el público congregado en la Biblioteca Nacional, integrado en su mayor parte por lectores apasionados del autor de La vieja sirena.

Sampedro definió La escritura necesaria como un espejo selectivo que recoge las cosas más importantes de. su obra., "Me refleja muy bien, más por mis ideas que por mi biografía", aseguró el escritor, para el que el principal motivo de interés de este trabajo es la parte que se refiere a la creación literaria. "Revela hasta los últimos detalles como me las arreglo yo". La mesa del autor de La sonrisa etrusca es una tabla que apoya sobre los brazos de un sillón: "La llamo mi tabla de salvación, porque me agarro a ella para seguir viviendo. Vivo más sobre esa tabla que fuera", dice. Ahí escribe todo lo que hace a mano, que es mucho.

Sus opiniones sobre el amor, el tiempo, la muerte y la amistad se reflejan claramente en La escritura necesaria. Una de las pasiones del escritor es guardar cosas, algunas, como una vieja caja repleta de postales antiguas que era de su madre, le han acompañado durante toda su vida. Su obra y su vida podrían volver a mezclarse en su próxima novela. "No voy a escribir una crónica familiar, pero las postales, muchas adquiridas a principios de siglo, me provocan ideas. La colección empezó a hacerse en Argelia, luego pasó por Melilla, Tánger... Podría trabajar con la idea de una pareja ya mayor que reflexiona sobre las postales".

Uno de los factores que influyeron en su vida y que le decantaron hacia la escritura fue el hecho de vivir en lugares tan dispares durante su infancia y juventud. "Me ayudó mucho pasar de Tánger, donde iba a un colegio con niños musulmanes y judíos, a un pueblecito de Soria, que era la Edad Media, y de allí a Aranjuez, con toda su opulencia cortesana. Creo que aquello enriqueció mi capacidad de tolerencia de lo ajeno. Los fundamentalismos no me gustan ninguno, ni los buenos ni los malos".

Tanto Almudena Grandes como Luis Landero destacaron la habilidad de la autora para mantenerse ausente en La escritura necesaria y su capacidad para acercar al lector y el autor. Los dos escritores coincidieron en calificar la obra como "una novela".