España perdonará a Marruecos parte de su deuda
La normalización significa dinero tras superar dos años de crisis en las relaciones hispano-marroquíes, el Gobierno español abre ahora los cordones de la bolsa. Firmará un crédito de 150.000 millones de pesetas y, además, aceptará renegociar y convertir en inersión parte de la deuda de 242.300 mifiones de Marruecos con España, según revelan fuentes diplomáticas dará su luz verde a la apertura de una negociación en el marco de a segunda cumbre bilateral que hoy y mañana se celebra en rabat. Felipe González acudirá hoy con siete ministros -Exteriores, Economía, Justicia e Interior, Transportes, Educación, Industria y Comercio-, más que los que viajan con él habitualmente a las umbres con líderes europeos.
El interlocutor de González será su homólogo Abdelatif Filali, pero también será recibido en audiencia por el rey Hassan II.Los marroquíes han tenido prisas por organizar la cumbre a menos de un mes de las elecciones legislativas en España. Su premura es achacada a su temor a una victoria del PP, sospechan, no consideraría tan prioritaria la reactivación de la relación con Marruecos ni tampoco sería tan generoso.
Madrid y Rabat vuelven ahora al punto de partida de hace d:)s años, cuando se desencadenó la crisis provocada por la aprobación de los estatutos para Ceuta y Melilla, la situación del consulado marroquí en Málaga y las negociaciones pesquera y de asociación con la Unión Europea. Entonces habían acordado que Marruecos obtendría créditos por 150.000 millones de pesetas, de los cuales 60.000 millones con tipos de interés blandos y otros 90.000 en condiciones prácticamente de mercado. Esta línea de crédito, que se firmará ahora, podrá ser renovada a partir del 2001.
Desde que, a principios de 1994, la relaciones hispano-marroquíes experimentaron un brusco deterioro, la situación financiera de Marruecos ha empeorado. La deuda externa se eleva 2,7 billones de pesetas (el 68% del producto interior bruto) y su pago supone el 40% del presupuesto.
De ahí que, con motivo de la visita que hizo a Rabat, a mediados (le enero, el secretario de Estado ' de Comercio español, Apolonio Ruiz Ligero, el ministro marroquí de Hacienda, Kabbaj, le pidió, además del préstamo, que España condonase parte de la deuda, especialmente la militar, que asciende a 23.500 millones de pesetas, y reestructurase el resto. Su interlocutor se mostró harto reacio a cualquier condonación, pero sí dijo estar dispuesto a estudiar "fórmulas imaginativas" para aliviar la deuda del principal socio de España en el mundo árabe.
Alternativas al 'cannabis'
Francia se ha adelantado ya a España. El 15 de enero el titular francés de Finanzas, Jean Arthuis, dio un primer paso al aceptar cambiar 24.000 millones de pesetas -el 4% del total de la deuda por inversiones. Concretamente, 14.400 millones podrán convertirse en participaciones francesas en empresas privatizadas.
El equivalente de otros 9.600 millones de deuda marroquí con Francia deberán ser desembolsados en dirhams por Marruecos para fomentar en el Rif cultivos alternativos al cannabis. En la práctica se trata en este caso de una condonación, con tanta más razón porque París no controlará con precisión ese gasto marroquí. El Gobierno francés tomará también otras medidas adicionales para aligerar el peso de la deuda de su ex colonia.
España se dispone a adentrarse por la misma senda. Al término de la cumbre se anunciará, probablemente, la creación de un grupo de trabajo, pero el Gobierno español evitará cuidadosamente emplear la palabra condonación, porque teme que, en periodo electoral, sus adversarios populares aprovechen la ocasión para denunciar su excesiva generosidad con Marruecos.
La normalización emprendida ahora no significa que la delegación española que acude hoy a Rabat no tenga numerosos motivos de queja. La lista de agravios recopilados por los españoles abarca desde las dificultades de las empresas marítimas españolas para abrir nuevas líneas en el Estrecho hasta las restricciones temporales a la vigencia de los permisos de residencia concedidos a los 8.000 españoles, pasando por las reticencias marroquíes a negociar un convenio que permita a los presos españoles cumplir su condena en su país.
También los marroquíes tienen razones para lamentarse. Hace cuatro años España les impuso el visado, pero ese documento de viaje se les entregaba gratis en los consulados. A partir de ahora se les cobrará, porque así obliga a hacerlo el convenio de Schengen.
La principal desazón marroquí concierne, sin embargo, a Ceuta y Melilla, ciudades sobre las que Hassan II ha propuesto crear una "célula de reflexión" sobre su porvenir que el Gobierno español no acaba de aceptar, aunque González la tomó en consideración en Casablanca en noviembre de 1994. No será ahora la ocasión en que el presidente del Gobierno dé su brazo a torcer, porque, una vez más, España está en vísperas electorales y sería demasiado arriesgado hacer la más mínima concesión.
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