Vizcaya aprueba hoy un plan de residuos urbanos fuertemente criticado

Los 2,2 millones de habitantes de Euskadi producen al año 760.500 toneladas de residuos sólidos urbanos y desde las diputaciones vizcaína y guipuzcoana se apuesta por quemarlos en tres incineradoras para generar electricidad, con una inversión pública y privada de 65.000 millones de pesetas. Toda la oposición, los ecologistas y los ciudadanos de los municipios donde se localizarán las plantas han rechazado los proyectos.

Los verdes apuestan por la reducción en origen de los residuos y por el reciclado y advierten del riesgo de que las dioxinas que se generan en la combustión de las basuras produzcan cáncer.La política de las tres erres (reducción, reutilización y reciclaje) en el tratamiento de las basuras urbanas centrará hoy el debate en las Juntas Generales de Vizcaya (parlamento provincial). El equipo de Gobierno formado por PNV, PSE-EE y EA defenderá un plan integral para los residuos sólidos urbanos que prevé la construcción en la Vega de Sakoni de Erandio de dos incineradoras con capacidad para generar 180 mw de electricidad. Es la llamada cuarta erre: la reválorización energética. Las bases del plan apuestan también por pasar de los bajisimos niveles actuales de recicládo (sólo un 2,8% de las 411.000 toneladas anuales) a un 13,4% en cuatro años. La media europea está cerca del 8% aunque hay países que reciclan ya el 22% como Suiza, o el 19% como Dinamarca o el 16% (Alemania, Holanda y Suecia). Guipúzcoa y Álava están entre un 6% y un 8%.

Toda la oposición política (PP, HB, IU, e lCV) y los ecologistas e incluso en privado los actuales gestores de Medio Ambiente de la Diputación de Vizcaya (PNV) admiten que la desidia e incompetencia de los anteriores responsables del Departamento (también peneuvistas) han dejado a Vizcaya en el último lugar en materia de reciclado y con un serio problema en la gestión de sus siete vertederos. María Esther Solabarrieta, diputada de Medio Ambiente, no ha dudado en calificarlos de "auténticas bombas de relojería" por los problemas de filtración de lixiviados (los líquidos resultantes de la descomposión de la basura) y la producción de dioxinas por la combustión espontánea.

La política de vertederos seguida en Vizcaya, iniciada en 1962 con el de Getxo, (casi el 94% del total de las basuras va a los vertederos) fue denunciada en su momento por los grupos ecologistas, los mismos que ahora advierten sobre el peligro que suponen las tres incineradoras para la naturaleza y la salud. La nueva directiva aprobada recientemente por la Unión Europea (UE) sobre vertederos de seguridad colocará a la mayor parte de los 14 actualmente existentes en Euskadi fuera de la legalidad. Vizcaya incinera ahora el 3,2% de las basuras mientras que el porcentaje en Guipúzcoa es del 18%.Frente a esta apuesta por la incineración, el caso de Álava es singular. Con una producción de basuras cercana a las 90.000 toneladas al año y un único vertedero (Gardelegi), las autoridades prevén ensayar un método de recogida selectiva de basura en un barrio de la capital con 27.000 habitantes y la construcción de una planta de separación de residuos, compostaje y termólisis. El plan experimental sigue, en parte, los pasos de la experiencia de Tierra Estella en Navarra, comarca con 44.000 habitantes. El porcentaje de rechazo en esta comarca es del 37%. "Nuestro punto de partida es diferente- No apostamos por la incineración de las basuras y queremos ver los resultados de esta experiencia para ir extendiéndola al resto de la capital, ya que Vitoria produce las tres cuartas partes de la basuras alavesas", indica el técnico medioambiental, Luis Etxaniz.

Vizcaya ha pisado el acelerador y Guipúzcoa quiere hacer las cosas con una "prudencia extrema" para evitar que la incineradora se convierta en una segunda autovía por la oposición de HB.