El sida termina con Harold Brodkey, uno de los mitos de la narrativa norteamericana

El escritor Harold Brodkey falleció a primera hora de la madrugada M viernes en su casa de Manhattan (Nueva York) por complicaciones derivadas del sida, según informó su agente londinense. Brodkey, que tenía 65 años y era considerado un genio evasivo y de lenta producción, había anunciado hace tres años en la revista The New Yorker que padecía esa enfermedad como resultado de "aventuras homosexuales en los años sesenta y comienzos de los setenta". La pieza terminaba con la frase "me ha llegado la hora de morir". Su muerte fue comunicada por su mujer, la también novelista Ellen Schwamm. Brodkey fue comparado con Proust por algunos críticos de EE UU, entre ellos Harold Bloom.

Harold Brodkey (Staunton, Estados Unidos, 1930) publicó su primer trabajo, el muy aplaudido Primer amor y otros pesares, en 1958, y tardó 30 años en escribir su primera novela, Alma fugitiva, que salió al mercado, en 1991. En su primera obra, que consta de nueve relatos, el autor retrata a la juventud norteamericana de los años cincuenta. El prestigio de Brodkey, un autor de culto para los intelectuales norteamericanos, se consolidó con Alma fugitiva, una novela de 1.000 páginas narrada por Wiley Silenovicz -el mismo narrador de algunos de los relatos de su anterior obra-, que fue esperada con gran expectación por la crítica y el público norteamericanos y cuyo éxito fue acorde con todas las expectativas.En el intermedio entre ambas obras, Brodkey generó a su alrededor un aura de autor imperecedero a través de dos colecciones de relatos y, sobre todo, de sus artículos en la revista The New Yorker, que, según explicó ayer su agente en Londres, David Godwin, era prácticamente la única institución literaria americana que creía en él. El próximo lunes, The New Yorker publicará el último escrito de Brodkey , una pieza que pasará a la posteridad como su obra póstuma y cuyo contenido esa publicación guardaba ayer en secreto.

Incapaz de retener los servicios de un agente y un editor fijos a lo largo del tiempo, de alguna manera Brodkey y la expresión "el próximo gran novelista americano." aparecían a menudo y, a su pesar, en la misma frase. A él le gustaba contrarrestarla hablando de '1a gran tradición americana de no publicar". En su intento de rechazar la atención pública, también fue comparado con el etéreo J. D. Salinger y el célebre crítico Harold Bloom, autor del polémico El canon occidental, se refirió a él como un nuevo Proust. "Brodkey es un Proust americano, sin paralelo en la prosa de ficción desde Faulkner", escribió Bloom.

En una entrevista a finales de los ochenta, Brodkey explicó: "La posibilidad de ser no sólo el mejor escritor vivo en inglés sino el equivalente de un Wordsworth o un Milton no es un papel que un judío de San Luis a medio educar y con un padre chatarrero esté listo para interpretar. En sueños, sí; en la realidad, no".

,Brodkey nació en esa ciudad del Estado de Misuri en 1930. Tras la muerte de su madre, sólo dos años después, se trasladó a vivir a casa de unos familiares. A los 21 años se casó con Joanna Brown, a quien conoció en la Universidad de Harvard y con quien tuvo una hija. Después de divorciarse, conoció a la escritora Helen Schwanim en una librería de Manhattan y se casaron dos semanas después.

Su última obra

En 1994, Brodkey publicó su segunda y última novela, Amistad profana, que recibió una humillante crítica en la revista Time. La historia de la relación homoerótica del narrador con un italiano era, según esa, revista, "un fracaso total" y provocaba en el lector "una, vaga exasperación".

El relato de su batalla contra el sida desde las páginas de The New Yorker se convirtió también, para un sector de la crítica americana, en una muestra de egolatría y falta de modestia prácticamente inaceptable.

Harold Brodkey obtuvo a lo largo de su carrera numerosos galardones, entre ellos el Premio. O'Henry, que le fue otorgado en dos ocasiones.

Sus obras más conocidas -Primer amor y otros pesares, Relatos a la manera casi clásica y Alma fugitiva- están publicadas en España por Anagrama, editorial que también publicará próximamente Amistad profana.