Vías posibles para salir del embrollo
Hay planteadas ya varias salidas a la crisis: la renuncia de Samper; el retiro temporal mientras se conoce la verdad; reabrir el proceso contra el primer mandatario en el Congreso, con las pruebas que dice tener Botero; convocar un referéndum para decidir si se va o se queda. Algunos radicales hablaron también de la salida militar. Pero hay divisiones entre quienes piensan que lo mejor es la renuncia. Unos ven claro que el vicepresidente, Humberto de la Calle, actual embajador en España, debería asumir el poder; otros, entre ellos el presidente del directorio conservador, lo ven imposible: "De la Calle",afirman, "fue elegido vicepresidente con el mismo dinero sucio con el que llegó a la presidencia Samper".El inicial alivio que se sintió al escuchar a Botero decir "la verdad" se desdibujó un tanto al echar un repaso a las versiones encontradas que hasta ahora han dado los protagonistas del que ha sido calificado el escándalo político más grave que ha sacudido a Colombia en los últimos años. Lo único claro en este momento es la aceptación -incluso por parte de la jerarquía eclesiástica- de la ya vieja injerencia del dinero del narcotráfico en la política nacional. Samper, se dice, no ha sido el único en caer en este pecado. Y esta certeza lleva a muchos a disculparle. Hasta las más recientes encuestas muestran que la mayoría cree que Samper llegó al poder con la ayuda del cartel de Cali; pero esa misma mayoría también lo apoya.Intereses misteriosos
Lo que parece cada día más confuso es qué intereses están moviendo los hilos detrás de este escándalo. Después de la noche de pesadilla del pasado lunes, las dudas se hacen más grandes: ¿existe una conspiración? ¿Los norteamericanos, por intereses electorales, dejaron de pensar ya que es cómodo sostener a un presidente manejable como Samper? La actitud defensiva que ha asumido el Gobierno ha llevado a que el país esté radicalizado. Se es conspirador o pronorteamericano sólo por exigir la verdad del Gobierno.
Ni aún hoy, ante el terrible golpe, ante una verdad que parecía irrefutable, a Samper le tiembla la voz para afirmar que el escándalo no ha debilitado su capacidad de mando. Ayer se dictaron medidas que permitirán la gobernabilidad. Pero la tendencia es a creer que a Samper se le está yendo el país de las manos. Muchos analistas insistieron en que la única salida a la crisis es la renuncia de Samper, independientemente de que sea culpable o no. "Le haría un favor al país", han sostenido incluso varios miembros del partido del Gobierno. Uno de ellos, el analista Hernando Gómez Buendía, se mostró sin embargo escéptico: Samper debería renunciar, pero no lo va a hacer; seguiremos en el caos, pronosticó.
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