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Chriostopher felicita a Yasir Arafat por su "campaña antiterrorista"

El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, cerró anoche su 16ª gira medioriental rodeado de la sensación de no haber conseguido mucho. Su encuentro "crucial" con el presidente sirio, Hafez el Asad, el viernes en Damasco, no produjo ninguna declaración clamorosa. Su posterior entrevista con el líder palestino, Yasir Arafat, le dio la ocasión para tratar de dar una lección de democracia y felicitarle por su "campaña contra el terrorismo".

Al primer ministro israelí, Simón Peres, le presentó un resumen de su más reciente gestión diplomática, y nadie en el campo israelí estaba anoche con ánimos de pronunciar la palabra "éxito". De hecho, la radio israelí se refirió a informes de fuentes diplomáticas americanas para decir que Asad se había resistido a "casi todas" las ideas israelíes transmitidas por Christopher. Eran dos: acelerar el paso de las negociaciones e incorporar al diálogo a militares de alto rango, a técnicos económicos y, lo que es quizás más controvertido, a expertos en el problema del agua en Oriente Próximo. Asad se limitó a comprometer la presencia de un delegado militar de nivel inferior al jefe del Estado Mayor. O sea, una presencia simbólica que permite revivir la fase de negociaciones que había quedado en suspenso en junio del año pasado.A pesar de las expectativas (esencialmente israelíes y norteamericanas), Christopher tuvo que recurrir otra vez al lenguaje ambiguo en su intento por dar énfasis a los logros pequeños en la esperanza de que éstos camuflen las diferencias de siempre.

Christopher fue el único "informador" de los contactos en Damasco. En una conferencia de prensa poco antes de emprender el retorno a Jerusalén, el ejecutor de la política exterior de Clinton dijo que se había hallado finalmente el terreno apropiado para un diálogo serio. "Creo que hemos atravesado el umbral en las negociaciones. Creo que tanto el presidente Asad como el primer ministro Peres están decididos a que el trabajo sea completado", dijo Christopher, añadiendo un nuevo eufemismo al perenne riesgo de una parálisis.

Se esmeró luego cuando dijo: "Claramente hemos establecido un nuevo y eficaz mecanismo de negociación y de progreso".

Asad, la pieza clave en este apasionante capítulo de la díplomacia norteamericana, no abrió la boca. Peres se encontró con Christopher por la noche, tras haber cumplido con los rigores religiosos del shabbat. Los israelíes han perdido el impulso en su ilusión de hallar la paz con Siria por arte de magia y calendario electoral en Estados Unidos y en el Estado israelí. Lo que parecía al alcance hace unos días esta todavía a metros de las manos de israelíes y sirios.

Christopher empleó su día libre en Israel para visitar a Yasir Arafat en la franja de Gaza. El dignatario norteamericano no podía ignorar a los palestinos en vísperas de las elecciones del próximo sábado. Una vez dada su clase magistral de democracia, Christopher reiteró lo que su Gobierno viene diciendo desde hace tiempo: queremos unas elecciones libres y democráticas. Arafat, por supuesto, dijo que sí. Christopher felicitó a Arafat por su campaña contra "el terrorismo", o sea, contra los extremistas musulmanes del Hamás y la Yihad Islámica. Lo hizo después de que millares de palestinos participaran en un homenaje a la memoria de Yeliya Ayash, El Ingeniero, el cerebro y técnico de los ataques suicidas contra objetivos israelíes, asesinado hace diez días en Gaza. En Gaza y Cisjordania no existen dudas de que agentes israelíes se encargaron de que Ayash perdiera, literalmente, la cabeza cuando le estalló el teléfono portátil que llevaba. Los informativos de Radio Israel abrieron ayer con una advertencia. Citando a fuentes de la seguridad israelí, la radio dijo que hay serio peligro de ataques de los extremistas palestinos.

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