Velada desapacible
El Inquilino Comunista, formacion que abrió la fría y desapacible velada, tuvo en su desventaja un sonido francamente penoso y eso pesó muy desfavorablemente en la actuación. La propuesta del grupo tampoco ayuda a transformar sus conciertos en algo divertido. La monotonía se hizo norma, el ambiente se llenó de depresión y todo resultó plomizo de principio a fin. Renovarse o morir. Es lo malo de este tipo de rock adolescente: pierde su interés intrínseco al sobrepasar el músico la edad ideal.Australian Blonde sí parecen apostar por un desarrollo ordenado que les permita ampliar su público. El grupo asturiano ha apostado por la cuadratura, los arreglos equilibrados -dentro de su caos natural- y el sacar partido a estribillos que pueden ampliar su corte de seguidores, la más numerosa del panorama alternativo. El apoyo guitarrero de Paco Loco dota al trío original de la necesaria energía, a fin de que su música en directo no dependa exclusivamente del estado de ánimo. Es un color suplementario que siempre le viene muy bien a esta banda.
Australian Blonde y El Inquilino Comunista
Sala La Riviera. 1.600 pesetas. Madrid, 11 de enero.
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