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Clinton sale en defensa de su esposa, criticada por su vinculación al escándalo Whitewater
La vida de Bill Clinton junto Hillary Rodham Clinton no ha sido nunca la de un sencillo y convenional matrimonio. Pero era difícil imaginar que, el presidente de Estados Unidos terminara amenazando con "partirle la nariz" a un periodista por defender el honor de su esposa, como Clinton izo el martes, por medio de su portavoz, contra un prestigioso columnista, William Safire, que había calificado a Hillary de mentirosa congénita". El propio presidente comentó después ante la prensa que si todo el mundo tuviera las cualidades de su mujer "este sería un mejor lugar en el que vivir".¿Angel o diablo? ¿Ejemplo de virtudes o mentirosa congénita? Las dudas sobre la personalidad e Hillary han sido motivo de especulación y controversia desde que el. nombre de su marido comenzó a sonar como candidato a la presidencia. En aquel momento, la. energía y consistencia de Hillary Clínton era uno de los mejores activos de la campaña. Fue ella la que detuvo los comentarios sobre las aventuras sexuales de su esposo, y la que aportaba lo más revolucionario de su programa de gobierno, la reforma sanitaria.
Pero las cosas han cambiado desde, entonces, y ahora es Clinton el que tiene que salir en defensa de su mujer, que ha pasado a ser uno de los obstáculos para su reelección. Todo parecía bajo control después de que Hillary renunciase a sus planes de tener un papel político. dentro de la Admnistración y aceptase el papel clásico de una primera dama.
De nuevo, en el candélero
Lejos de eso, sin embargo, la esposa del presidente de Estados Unidos vuelve a ser noticia por su participación en dos viejos escándalos que han detenido en seco el crecimiento de Clinton en las encuestas de popularidad. Uno de esos escándalos es el del despido del personal de la oficina de viajes de la Casa. Blanca. Revelaciones de un antiguo funcionario de la presidencia han puesto en evidencia la, que fue la primera dama la que de decidió sustituir a los anteriores empleados de ese departamento por personas de su confianza, algunas traídas desde su Estado de Arkansas.El otro y más complicado caso es el de Whitewater. Documentos que la Casa Blanca se resistía a poner en manos del Congreso, pero que finalmente entregó, parecen demostrar que Hillary Clinton tuvo, cuando trabajaba como abogada en Little Rock, una relación más estrecha de lo que confesó con la firma financiera. de la que era dueño el socio de los Clinton en el proyecto urbanístico Whitewater. Si se puede dernostrar esto significaría que el socio de los Clinton se, benefició de su amistad con la esposa del entonces gobernador.
En términos legales, ninguno de los dos asuntos son de gran calado. Pero, en términos políticos, son suficiente como para sembrar dudas sobre la personalidad de Hillary y, sobre todo, para que ésta se convierta de nuevo en el blanco preferido de los ataques contra el presidente.
"Está claro que (los republicanos) quieren convertir a Hillary en el tema de discusión", asegura el senador Christopher Dodd, presidente del Partido Demócrata. "Hay gente aquí que cree que Hillary es responsable hasta del tiempo que sufrimos", corn.entó el portavoz de la Casa Blanca, Michael MeCurry. El poder de Hillary Clinton y su supuesta influencia sobre el presidente han sido continuamente temas de chistes y comentarios en Washington. Cada uno de sus actos está marcado por una relevancia inusual en otras primeras damas.
Para bien, como cuando Criticó la situación de derechos humanos en -China durante la reciente Conferencia de la Mujer, o para mal, como cuando dirigió el equipo de trabajo de la reforma sanitaria, cada iniciativa en la que interviene divide al país entre defensores acérrimos y críticos feroces.
Por eso, el senador republicano que preside el comité investigador sobre Whitewater, Alfonse D'Amato, se lo está pensando mucho antes de llamar a declarar a la primera dama. Otros dirigentes de su partido, especialmente aquellos que están más involucrados en la inmediata campana electoral, creen que las pruebas aparecidas en los últimos días son suficientes para obligarla a comparece y ante el comité, pero D,Amato sabe que ese es un paso muy arriesgado.
Hay aspectos, sin embargo, del actual cerco sobre Hillary Clinton que la dejan en una posición débil y que podrían obligarla a declarar. Los datos aparecidos en los últimos documentos, entregados por la Casa Blanca refuerzan la impresión' de que la primera dama tuvo un papel crucial, no ya en el desarrollo de Whitewater, sino en los posteriores intentos de que desaparecieran todas las pruebas sobre la implicación de los Clinton. En este sentido, la vinculación de, Hillary Clinton a Jim McDougal, su socio en Whitewater y el dueño de la firma financiera Madison, podría haber sido decisiva tanto en la intervención del entonces gobernador de Arkansas para. afrontar la quiebra de esa firma, como en la posterior colaboración de McDougal para ocultar Whitewater.
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