Defender el patrimonio colectivo
La Real Fundación de Toledo ha realizado cien proyectos sobre la ciudad
Conservación, habitabilidad y modernidad. Éstas son las tres de las premisas de las que parte el trabajo diario de la Real Fundación de Toledo, desde su creación en 1989. Distinguida por el Ministerio de Cultura con la medalla de oro de las Bellas Artes, este reconocimiento, después de siete años de trabajo, viene a demostrar que la iniciativa civil privada tiene mucho que decir en la conservación y restauración de nuestro patrimonio histórico. Patrimonio heredado y también un legado a conservar.El presidente de la Real Fundación de Toledo, Gregorio Marañón y Beltrán de Lis, considera que afortunadamente se está consiguiendo, poco a poco, un cambio en la sensibilidad del ciudadano. "La sociedad civil debe primero tomar conciencia de que la conservación del patrimonio cultural colectivo es también responsabilidad suya, y luego actuar en consecuencia con criterios de calidad y eficacia".
Y esto es sin duda lo que ha conseguido la fundación. Demostrar que con un equipo técnico de profesionales, dirigido por Paloma Acuña, es posible que un presupuesto de unos 150 millones de pesetas se multiplique gracias a los distintos convenios firmados con instituciones, particulares o entidades financieras.
La restauración de la Puerta de Bisagra, lugar emblemático de esta ciudad imperial, o la puesta en marcha del plan especial del casco histórico que marcará las pautas de actuación a seguir en un futuro, son tan sólo dos ejemplos de los más de cien proyectos realizados. Uno de los últimos y más ambiciosos por su complejidad ha sido la elaboración del estudio de viabilidad para la eliminación del cableado aéreo. Suprimir la maraña de cables de luz, teléfono o antenas, que lamentablemente se han convertido en parte del paisaje urbano. El primer paso ya se ha dado, ahora habrá que conseguir. la financiación necesaria para su ejecución.
Desde la Real Fundación de Toledo se reconoce el importante papel que tienen las administraciones en el mantenimiento del patrimonio de nuestras ciudades. Pero también se es consciente del problema económico que esto conlleva. De ahí la importancia de movilizarse para conseguir la implicación de todos.
Es por esto que, a pesar de que la ley de mecenazgo, aprobada hace un año por el Gobierno, no haya sido del agrado de la mayoría, el presidente de la Real Fundación Toledo no duda en calificarla de "logro histórico, teniendo en cuenta que antes no teníamos nada". Gregorio Marañón insiste en que "cuanto más activa y eficaz sea la sociedad civil en el campo del mecenazgo, más legítimamente podrá reclamar leyes más favorables. Lo importante es, en todo caso, que se está generando una cultura de responsabilidad y, solidaridad desde la iniciativa privada".
Mirar siempre hacia el futuro, combatir la especulación en el casco histórico de Toledo y mantener a raya a otro de sus grandes enemigos, el tráfico, seguirán siendo las líneas de trabajo a seguir. Hacer compatible pasado y futuro.
Babelia
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