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Jugadores y obispos, contra la "nueva avaricia" de lotería del Reino Unido

Los tres ganadores del sábado obtienen 2.800 millones de pesetas cada uno

El 90% de los adultos ha caído en la fiebre del sábado noche del mayor bote en la historia de la lotería británica. La locura de este fin de semana se ha saldado con tres nuevos millonarios (cada uno obtendrá 2.800 millones de pesetas) y 40 millones de perdedores. Jugadores y obispos han criticado la "avaricia" y la "obscenidad" del evento.

Los tres acertantes de la combinacion ganadora se repartirán un premio de 42 millones de libras (unos 8.500 millones de pesetas). Nadie sabía aun ayer si se trata de tres personas o si los boletos estaban sindicados y la cantidad de nuevos ricos es mucho mayorLa fiebre del sábado noche dejó además una resaca de decepción en no menos de 40 millones de perdedores, la espectacular cifra de británicos que se decidió a probar suerte en la lotería, ante el reclamo del suculento bote.

La cifra total destinada a premios esta pasada semana se aproximó a los 81,5 millones de libras (16.200 -millones de pesetas), distribuídos en cantidades menores entre 1,5 millones de ganadores. El efecto de tal cantidad de millones al alcance teórico -la probabilidad real de ganar es de una entre 14 millones- de cualquier ciudadano con suerte provocó el sábado un colapso en las máquinas que expiden y sellan los boletos de lotería, que duró 20 minutos. La avena se produjo en el momento de mayor entusiasmo comprador que arrojó un balance de 5.000 boletos sellados por segundo.

Impacto en bancos

Cálculos de la compañía qué explota desde hace tan sólo 60 semanas la lotería nacional en el Reino Unido, Camelot, apuntan a que nueve de cada 10 adultos en el país compró la pasada semana un bóleto de la bonoloto. La mayoría lo hicieron el mismo sábado, horas antes de la celebración del sorteo, día en que Camelot se embolsó nada menos que 60 millones dé libras (1.200 millones, de pesetas).El total de ingresos a lo largó de esta espectacular primera semana de enero de 1996 fue de 128 millones de libras (25.600 millones, de, posetas). El impacto causado por el superbote se ha dejado sentir incluso en bancos e instituciones financieras que han visto aumentar, en casi , un tercio sobre las mismas fechas del año pasado, las cantidades de dinero retirado de las cuentas.

Pero no todo ha sido fiesta y celebración de la nueva locura nacional británica, la lotería. La asociación de Jugadores Anónimos denunciaba ayer el alcance preocupante de esta nueva "avaricia", mientras los líderes de la' Iglesia Anglicana y de la Metodista alzaban su voz contra la "obscenidad" que representa un premio de 8.500 millones de pesetas.

Simon Barrington-Ward, obispo de Coventry, volvió a reclamar la abolición de este nuevo juego, a su juicio, ajeno a la tradición británica.

El primer ministro, John Major, hubo de defenderse de estas acusaciones durante su intervención ayer en el programa de la televisión pública Breakfast with Frost, donde fue entrevistado. Major aludió, en favor de la fiebre de juego creada por esta lotería que ha puesto en marcha su Gobierno, su capacidad para finaniciar buenas causas. Unos 300 millones de libras al año (60.000 millones de pesetas), procedentes de esta nueva y lucrativa fuente de ingresos, son destinados por el Ministerio de Cultura y Patrimonio a subvencionar- obras de importancia cultural y, en menor medida, asociaciones de caridad.

David Rigg, portavoz deCamelot, apoyó las tesis de Major al declarar la importancia moral del evento. "Esta semana ha sido excepcional desde todos los puntos de vistas", dijo Rigg.

"Ninguna otra actividad ha unido al país en un acontecimiento tan divertido como éste, que ha contribuíd9 al mismo tiempo a recaudar tan enorme suma de dinero con destino a causas que valen la pena". Entre ellas, las propias arcas de Camelot.

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