Un cadaver, exhumado para comprobar la identidad de su progenitora

Los enterradores del cementerio de Carabanchel abrieron ayer el nicho de Abdel-Lahh, atropellado en marzo de 1992 por un camión cuando conducía una moto en la M-30. La exhumación fue ordenada por el Juzgado de Instrucción, número 14 de Madrid. Los restos del fallecido fueron conducidos en un furgón fúnebre al Instituto Nacional de Toxicología. En este centro serán sometidos a la prueba del ADN para determinar que Fátima Abdeselam Alí, de 38 años, es su progenitora biológica.En caso afirmativo, la mujer nacida en Ceuta, apátrida, abandonada por su esposo y supuesta madre. del fallecido, recibirá una indemnización de nueve millones de pesetas.

Sin embargo, ningún familiar del fallecido asistió a la exhumación a pesar de que anunciaron su presencia. Un funcionario judicial certificó la extracción del .cadáver. A los empleados les llamó la atención la ausencia de lápida en la tumba. "Es extraño un muerto sin nombre", comentaron los trabajadores.

El cadáver de Abdel fue enterrado hace casi cuatro años. Tras su muerte se abrió el juicio de faltas por el accidente. Llegada la hora de pagar la indemnización, la compañía de seguros se encontró en un dilema. La supuesta madre biológica no podía demostrar su nacionalidad por falta de documentación. Ante la falta de respuesta, la mujer llegó a pedir la prueba del ADN para certificar que era la madre. Después de seis años de lucha, Fátima consiguió que le reconocieran su identidad, aunque no su nacionalidad.

Pero el juez se negó a paralizar la prueba de maternidad. La mujer asiste ahora a la paradoja de ver cómo una prueba pedida para hacer frente a la falta de identidad oficial seguía en marcha una vez concedida ésta. .