Clinton cede a las presiones del Congreso y ofrece otro presupuesto con vistas a un equilibrio en el 2002
Con la entrega, el sábado por la noche, de un proyecto presupuestario que se ajusta al objetivo del equilibrio entre ingresos y gastos en el año 2002, el presidente norteamericano, Bill Clinton, cumplió la condición impuesta por el Congreso para que la Administración pueda funcionar a pleno rendimiento al menos hasta el próximo día 26, fecha en la que expira la prórroga acordada. El nuevo plan de Clinton mantiene serias diferencias con el presupuesto de los republicanos, que dominan ambas cámaras. Las negociaciones para "ajustar las cuentas" continuarán hoy.
En Washington, mientras tanto, la naturaleza tomó ayer el relevo a la política: el zoológico, lo museos y los monumentos que abrieron el sábado, después de tres semanas de clausura forzada por falta de fondos administrativos, bloqueados por el Congreso, tuvieron que cerrar ayer, igual que aeropuertos y centros Comerciales, debido a la nevada más fuerte en la historia de la región. En algunos puntos de la capital estadounidense la nieve caída llegaba a los 75 centímetros. La inclemencia obligó a demócratas y republicanos a sus pender una reunión negociadora sobre el presupuesto y a proseguir la discusión por vía telefónica.El quinto proyecto presupuestario de la Casa Blanca en un año logra, teóricamente, la Cuadratura del círculo impuesta por los republicanos: el equilibrio en siete años utilizando las cifras de la Oficina Presupuestaria del Congreso.
"Este plan demuestra que se puede equilibrar el presupuesto en siete años y proteger Medicare, Medicaid y el medio ambiente, y dar alivio fiscal a las familias trabajadoras", aseguró Clinton en la firma de la ley que ponía en marcha de nuevo la Ad rmnistración y eliminaba la con fusión de tener miles de funcionarios en sus puestos de trabajo sin haber liberado las partidas de sus departamentos.
El proyecto, sin embargo, está todavía lejos del terreno del consenso, la guerra continúa: Clinton propone reducir impuestos por valor de 87.000 millones de dólares (10,6 billones de pesetas), frente a los 245.000 millones de la propuesta republicana. El presidente recorta el gasto de salud para ancianos y desposeídos. en 102.000 millones (Medicare) y 52.000 millones (Medicald), respectivamente, lo que representa la mitad dé los recortes contemplados por los legisladores republicanos. Para compensar, la Casa Blanca planea eliminar otros programas y ahorrar de esta forma otros 295.000 millones de dólares, adicionales.
Los congresistas republicanos aplazaron ayer 24 horas la reunión con Clinton para estudiar el nuevo plan. Su reacción inicial fue mixta: "Estamos encantados, después de tantos meses, de tener un presupuesto equilibrado que utiliza las estimacíones adecuadas", señaló Pete Domenici, presidente del Comité Presupuestario del Senado. Al mismo tiempo, tanto Domenici como John Kasich, su equivalente en la Cámara de Representantes, criticaron duramente el plan por no contemplar, a su juicio, recortes suficientes en el gasto público.La batalla tiene ahora la fecha de referencia del 26 de enero. En principio, debería haber un acuerdo antes de ese día. En caso contrario, se volverá a plantear la posibilidad del cierre de la Administración, pero después de la amarga experiencia de las repercusiones que ha tenido en la opinión pública norteamericana el último cierre, los republicanos podrían extender los presupuestos provisionales hasta otoño. y dejar que los electores tengan la última palabra el 5 de noviembre, reeligiendo a Clinton por otros cuatro años o entregando la CasaBlanca al candidato presidencial republicano.
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